Con la idea de “regresar” por justicia y luego de más de dos décadas de haber permanecido en el corredor de la muerte en una prisión de Texas, el mexicano Rubén Cárdenas Ramírez fue ejecutado. Fue acusado de haber asesinado y violado a su prima hermana, Mayra Azucena Laguna.

Pese a que la defensa interpuso horas antes de su ejecución dos recursos de apelación ante la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos, el mexicano que nació en Irapuato, Guanajuato, no logró evitar la sentencia de muerte.

A fin de asegurar que se cumpliera el debido proceso en el caso de Cárdenas Ramírez que tenia tan sólo 47 años de edad, la defensa pidió que se revisará el procedimiento a través del cual se obtuvo la evidencia para inculparlo, así como una nueva prueba de ADN; sin embargo ambas peticiones fueron rechazadas.

Del más allá

“Regresaré por justicia”, esa fue la última frase que escribió Rubén Cárdenas poco antes de morir. A las 21:55 fue llevado a la cámara de la muerte y puesto en la mesa en la que a las 22:05 se le aplicó la inyección letal. A las 22.26 fue declarada la muerte del mexicano.

Mientras tanto, en la sala de ejecuciones solo estuvieron presentes cinco periodistas autorizados, su abogada. Ninguna persona de su familia estuvo presente en la sala, únicamente pudieron despedirse de él, cuando su cuerpo fue trasladado a una capilla.

La familia de Rubén Cárdenas decidió llevar a cabo su funeral y sepultura en completa privacía.  Mientas tanto, la hermana de la víctima, también prima de Rubén, dejó una carta en la que aseguró que Mayra siempre será recordada con amor por su familia.

Condenan la ejecución

A través de la Cancillería, el gobierno mexicano condenó la ejecución de Cárdenas Ramírez. Al expresar su pésame, aseguró que se agotaron todas las acciones legales, políticas y diplomáticas para que se revisara el caso y se suspendiera la ejecución.

El gobierno de Guanajuato, de dónde era oriundo, también lamentó la muerte de Cárdenas, pues dijo que era una violación a los derechos humanos y una falta sobre los acuerdos de la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares, el hecho de que tanto la Corte Estatal como Federal de ese país haya rechazado revisar el caso.