No puede haber fe en el gobierno si los más altos cargos están excusados ​​de control —se les debe dar el ejemplo de transparencia. Edward Snowden

El tiempo es oro. Literalmente se aplica a la perfección esta frase para el tiempo legislativo que le resta al Congreso de la Unión. Y es que ambas cámaras la de diputados y la de senadores aun tienen muchos pendientes por resolver. El problema es que ya estamos en la antesala de un año electoral muy complicado, que día a día enrarece más el ambiente y genera desencuentros que imposibilitan se generen los votos necesarios para que los iniciativas y dictámenes puedan ver la luz y convertirse en ley vigente.

Son muchos temas en el tintero. Pero uno que tiene que resolver lo más pronto posible, es el del nombramiento del auditor superior de la federación, ya que este es un pilar fundamental para que el nuevo Sistema Nacional Anticorrupción pueda funcionar y hacerlo de manera correcta. El nombramiento deberá de recaer en una persona intachable, personal y socialmente, que cuente con la más alta experiencia y conocimiento sobre las materias sobre las que versará su trabajo de indagación del uso y destino de los dineros de las arcas publicas en la nación. Es decir, tendrá que ser un profesional probado.

A ello hay que sumar que deberá demostrar su independencia de los partidos políticos y grupos de presión políticos o económicos. En cuanto al proceso de selección, este deberá regirse por mecanismos de transparencia y rendición de cuentas, deberá procurarse que llegue a la mayor cantidad de ciudadanos y asociaciones posibles, para que este ejercicio de nombramiento este legitimado y avalado.

El nuevo auditor federal estará designado en su cargo por el periodo 2018-2025 durará en su encargo ocho años, para algunos analistas y expertos en transparencia y rendición de cuentas, las reglas en la convocatoria son poco claras, no fijan tiempos específicos y fueron avaladas a puerta cerrada.

Para efectos reales el proceso para nombrar un titular ya está en marcha y solo cuentan los legisladores con pocas semanas para llegar a un acuerdo que sustente su determinación, lo que se ve complicado y muy difícil de lograr.

El sustento para el cambio de auditor federal está establecido en el artículo 79 de la Constitución que a la letra establece lo siguiente: “La Cámara de Diputados designará al titular de la Auditoría Superior de la Federación por el voto de las dos terceras partes de sus miembros presentes. La Ley determinará el procedimiento para su designación. Dicho titular durará en su encargo ocho años y podrá ser nombrado nuevamente por una sola vez”.

Una posibilidad es que el actual titular pudiera repetir. También puede ser la oportunidad de nombrar un perfil ciudadano fuerte. Sin embargo, no se ve claro hacia dónde van los diputados. Lo único cierto es que el tiempo se agota.

@PerezCuevasMx

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