La innovación tecnológica y su vinculación con las telecomunicaciones han demostrado durante las últimas décadas que la Era Digital con sus gadgeds, apps, smartphones, tablets y pc’s son las plataformas en que se realizarán la mayoría de las actividades humanas, y el internet, su principal vehículo.

Se dice que en los albores de la Revolución 4.0 –la Cuarta Revolución Industrial– las empresas y desarrolladores tienen como premisa “Innovar para subsistir”. Refiere Francis Gurry, director general de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual que en la actualidad “la innovación es el motor del crecimiento en nuestra economía mundial, y es cada vez más dependiente de los conocimientos…”.

Este dicho se confirma en la encuesta “Barómetro Global de Innovación GE 2016: la nueva revolución industrial” que arroja un alto nivel de confianza entre ejecutivos y público en general, respecto a que las innovaciones digitales-industriales tendrán un impacto positivo dentro del campo laboral. Mediante el lanzamiento de nuevos productos se crearán nuevos mercados, algunos no conocidos hasta el momento.

Es preciso destacar que de acuerdo al Barómetro, existe un optimismo generalizado en los países latinoamericanos en relación a la Cuarta Revolución Industrial y el creciente negocio de las tecnologías digitales y el Big Data. En México el 81 % de los ejecutivos manifiestan esa mirada optimista, mientras que en Brasil el 76 %. En ambos casos los ejecutivos de estos mercados emergentes, manifestaron sentirse seguros y capacitados para esta nueva era.

Bajo estos ecosistemas de innovación acelerada, surgen las empresas “Fintech”. Este término deriva de la contracción de las palabras “finance technology” y se utiliza para denominar a las empresas que ofrecen productos y servicios financieros, haciendo uso de tecnologías de la información y comunicación, como páginas de internet, redes sociales y aplicaciones para celulares.

Operan como intermediarios en transferencias de dinero, préstamos, compras, pagos, remesas, seguros, financiamiento de proyectos (Crowdfunding), ahorro, educación financiera, seguros, gestión de finanzas, soluciones de scoring (protocolo y riesgos de estudio de un crédito) , identidad y fraude, comercio (trading) y mercados. Generalmente son servicios menos costosos y más eficientes que la banca tradicional, de acuerdo a la CONDUSEF, en México operan alrededor de 158 empresas Fintech. Uruguay y recientemente Argentina, cuentan con Cámaras Fintech que nuclean a las compañías tecnológicas que operan en el sistema financiero local.

Conforme toman mayor presencia en los mercados digitales, están demostrado su enorme potencial, y que las posibilidades de desarrollo empresarial son infinitas. Sin duda estas empresas cambiarán la forma en la que entendemos los servicios financieros, al margen de las grandes compañías tradicionales.

México está a la vanguardia tecnológica y normativa. El pasado 12 de octubre de 2017, el Ejecutivo Federal envió al Senado de la República la iniciativa para crear la Ley para Regular las Instituciones de Tecnología Financiera, a fin de normar los servicios financieros que prestan las instituciones de tecnología financiera, así como su organización, operación y funcionamiento.

Esta ley se basa en principios integrales de inclusión e innovación financiera, promoción de la competencia, protección al consumidor, preservación de la estabilidad financiera y prevención de operaciones ilícitas. El futuro y crecimiento de las Fintech y del sector financiero tradicional dependerá de la pronta aprobación de este nuevo marco jurídico y, principalmente, del debate y el consenso que se genere en el Congreso con todos los actores interesados. Estamos preparados para la Cuarta Revolución Tecnológica y nos sumamos a la reducida lista de países que cuentan con regulación en la materia.

@RocioPinedaG