Ser periodista o dedicarse al periodismo en México no es cosa fácil. De acuerdo con despachos informativos de distintos medios de comunicación nacionales e internacionales, al día de hoy han sido privados de la vida en nuestro país un total de 11 personas que se dedicaban a la noble profesión de informar y en lo que va del sexenio del presidente Enrique Peña Nieto un total de 36 comunicólogos han sido asesinados. En México, los crímenes tienen un 98 por ciento de impunidad, mientras que aquellos que son contra los representantes de la prensa tienen un 99.75 por ciento.

En este contexto de indignación e incertidumbre, resulta sumamente gratificante que todavía existan reductos que incentiven el buen periodismo y el buen quehacer de aquellos que a diario vivimos apasionados por intentar impulsar a nuestro país a través de la buena prensa, objetiva y veraz; más allá de ser constantemente amenazados por la arrogancia, el poder y la inseguridad que permea a lo largo y ancho de todo nuestro territorio.

Por eso, el Premio Nacional de Comunicación “José Pagés Llergo” se erige como un extraordinario reconocimiento a la ética y al valor de aquellos que se niegan a que su esfuerzo sea minimizado y mercantilizado. Y es que, si lo vemos de una manera por demás simplista, el periodismo (me refiero al buen periodismo, aquel que no se vende ni es cooptado por oscuros intereses) que defiende la verdad, la justicia y la libertad siempre va empapado de un altísimo compromiso social; por lo que los ganadores de este galardón, todos merecedores de esta distinción representan la quintaesencia de una actividad que a diario está constantemente amenazada por aquellos que le apuestan al miedo, a la oscuridad y al silencio.

Premio Nacional de Comunicación José Pagés Llergo

Como parte de esta distinguida casa editorial, la revista Siempre!, a mi me honra y me distingue convivir, converger y coexistir en este espacio periodístico con tan finos compañeros y colegas, que todos los días defienden la libertad de expresión con uñas y dientes. Gente como Luis Cárdenas (MVS), Carlos Jiménez (Grupo Imagen), Sergio Sarmiento (Reforma), José Antonio Gurrea (El Universal), José de Jesús Anguiano (El Heraldo de Saltillo), Carlos Loret (Televisa) y medios como MilenioTV, el Canal del Congreso y la revista Algarabía son, por sí solos y en conjunto, bastiones informativos y culturales que nos hacen sentir orgullosos de atestiguar que en el día a día nuestro país todavía puede presumir de esfuerzos éticos y denodados en el terreno de la comunicación.

Pero también debemos reconocer y aplaudir el constante compromiso que “Por los derechos del hombre” realizan el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) con Mikel Arriola al frente; la Cruz Roja Mexicana con la visión altruista de Fernando Suinaga; el Grupo Fórmula con el ánimo de don Rogerio Azcárraga siempre busca contribuir al desarrollo de la industria de la comunicación; o la aportación al campo del deporte de una histórica como lo es la golfista Lorena Ochoa… todos trabajando siempre en busca de un objetivo común: que México siempre sea mejor de lo que fue el día anterior.

Y gracias a ellos, por supuesto, el esfuerzo y el sacrificio de periodistas como Cecilio Pineda, Ricardo Monlui, Miroslava Breach, Maximino Rodríguez, Javier Valdez, Jonathan Rodríguez, Salvador Adame, Edwin Rivera, Luciano Rivera, Cándido Ríos y Édgar Esqueda jamás será en vano y, obviamente, olvidado.

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