René Sánchez García

Varias publicaciones, a propósito del próximo año electorero, verán la luz pero como una oportunidad y no, muchas de ellas, con la dedicación y hondura que merece un tema tan importante como es la actualidad de nuestra sociedad, que, por supuesto, implica un asomo a nuestro pasado reciente y, por ende, propone una ventana a nuestro futuro. Así, una publicación con visión social crítica, fruto de la observación, el análisis y la reflexión sobre nuestra realidad actual, es lo que nos presenta Juan Ramón de la Fuente (ex Rector de la UNAM de 1999 a 2007) en su libro: A quién le importa el futuro. Las disyuntivas de México. Se trata de tres magníficos artículos de opinión, que sin apasionamientos de cualquier tipo nos muestra: una larga historia de crisis de todo tipo, desde la revolución de 1910 a nuestros días; las disyuntivas, todo eso que sabemos que nos hace falta lograr, pero que dentro de las mentes y el actuar de los ciudadanos y las instituciones no caminan de la mano; y las asignaturas pendientes de México, que de hacerlas viables, otra cosa seríamos ante el mundo, pero principalmente ante nosotros mismos.

La lectura del mencionado libro, no puede iniciarse si pasamos por alto o no comprendemos: “El observador global”, trabajo escrito que ha manera de presentación realiza el destacado universitario Juan Villoro, quien por fin nos quita de la cabeza la idea de que el futuro está ya muy próximo a llegar a nuestras vidas. Por ello afirma: “Nos adentramos en una era de descubrimientos tan significativa como la de las primeras expediciones marítimas o la Revolución Industrial. Sin embargo, sería arrogante considerar que dominamos con plenitud nuestros recién estrenados instrumentos. En rigor, somos los primitivos de una nueva era cuyos alcances no podemos vislumbrar”.

De la Fuente en A quién le importa el futuro. Las disyuntivas de México, afirma que en todo esto que expone, existe una mirada no pesimista acerca de los aciertos y las carencias de nuestra sociedad, sino más bien se trata de una crítica del estado actual de las cosas, por ello: “el primer caso es reconocer las causas del malestar social. Ya sabemos que algo no marcha bien. Que hay que replantear muchas de nuestras instituciones democráticas para que estas sean capaces de responder mejor a las necesidades de una ciudadanía que desconfía de la política y de los políticos”. Aclara, que si bien los capítulos de este libro fueron conferencias o ponencias dictadas entre los años de 2010 a 2015, “lo que subyace es la advertencia en perspectiva, porque en el fondo muchos de los problemas siguen siendo los mismos, desde Europa hasta Latinoamérica, deteniéndonos por supuesto en lo que le ocurre al país”.

Como ya lo mencioné, el primer trabajo habla sobre todo aquello que quedó a deber al pueblo la Revolución Mexicana. En el segundo, o de las disyuntivas, nos explica detalladamente sobre lo que debe entenderse en la práctica el consenso, disentir, transparencia, seguridad social y la relación política económica-política social. En el tercero, aborda lo relativo a un tema siempre presente en la agenda bilateral EU-México: las drogas, pero igual nos instruye en cuestiones de la necesidad de informarse para saber decidir, las fortalezas de las ciencias, conocimiento y democracia, ciudadanizar la ciencia y la cultura y por supuesto la educación, que es donde se cifra la esperanza.

Para cerrar A quién le importa el futuro. Las disyuntivas de México (Planeta, México, 2015; 161 pp.), Juan Ramón de la Fuente escribe para que no se olvide de la trayectoria de diversas personalidades (Salvador Nava, Jorge Carpizo, Rubén Bonifaz Nuño, Heberto Castillo, Julio Scherer, José María Pérez Gay y Elena Poniatowska) pero comprometidos en su momento con los sueños de la razón y del porvenir de este futuro que nos alcanzó sin estar preparados. Vale la pena leer el libro detenidamente por completo, pues la autoría no sólo es de un profesional mexicano reconocido, sino que aquí se presenta una sólida visión humanística, con principios y moral mostrados, pero sobre todo, bastante comprometido en la lucha por esos sueños que sí son alcanzables.

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