Como se sabe, desde hace décadas, ha sido admirado por miles de visitantes en El Castillo de Chichén Itzá, el que desde hace unos días era considerado uno de los fenómenos más bellos e importantes del país, que consiste en que mediante los rayos del sol se asemeja en los triángulos isósceles el descenso de la serpiente emplumada o Kukulkán, según las tradiciones y creencias mayas. Sin embargo, ahora lo anterior se traduce en que solo se trata de un mito.
“Es una interpretación para la que no tenemos ninguna base; las cabezas de serpiente están en la base de las dos alfardas de la escalinata norte, que es donde se produce el fenómeno pero a lo mejor las serpientes están ahí porque era la escalinata principal, la que conduce al templo principal que está mirando hacia el norte, hacia el cenote sagrado, esa puede ser la interpretación de porque están ahí las serpientes pero no por el fenómeno de luz y sombra”, afirmó el investigador Iván Sprajc, quien junto al arqueólogo Pedro Francisco Sánchez Nava, durante la presentación de los resultados de su investigación, aseverando se trata de un fenómeno fortuito de luz y sobra que jamás fue planeado por los antiguos mayas para conmemorar los equinoccios.
Durante su participación en el primer día de actividades de la VIII Mesa Redonda de Palenque, los especialistas informaron que este planteamiento es producto de una investigación de largo aliento que iniciaron en el altiplano central en 1994, y que a partir del 2010 iniciaron en distintas regiones de Mesoamérica con resultados satisfactorios.
Los expertos explicaron que para llegar a estas conclusiones se dieron a la tarea de un registro en fotografías, durante 15 días, observando la luz del sol sobre la pirámide, lo que les permitió ver que en cada cinco minutos se veía la imagen de la sombra proyectada y que era visible durante esos días.
“Si lo que se quiere es ver el descenso de Kukulkán a través de las sombras de los triángulos escalonados, Chichen Itzá puede visitarse cualquier día”, apuntaron.
Por otro lado, tal parece que El Castillo de Chichén Itzá, y con las recientes investigaciones, no termina de dar sorpresas, pues hay que recordar que el año pasado, a finales del 2016, especialistas dieron a conocer el hallazgo de una segunda subestructura en la pirámide.