De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) los homicidios dolosos contra mujeres aumentaron considerablemente. En una década registraron un alza de 110 por ciento, al pasar de mil 289 víctimas en 2006 a 2 mil 813 en el 2016. Siendo el año pasado, el periodo más cruento en 27 años, registrándose ocho asesinatos de mujeres al día.

Las entidades que están ubicadas como focos rojos por ser donde se registra un alto índice de violencia contra las mujeres son: Estado de México, Guerrero, Chihuahua, Ciudad de México y Veracruz;  cuatro de cada 10 mujeres fueron asesinadas en 2016.

Siendo Acapulco, Ciudad Juárez y Ecatepec los municipios que registran el mayor índice de homicidios. Las causas más comunes son por arma de fuego, secuestro, robo en las calles y agresiones sexuales. Cabe destacar que en 2016, el 41 por ciento de los 108 homicidios cometidos contra mujeres fueron ocasionados en la vía pública.

Según las cifras del Inegi las mujeres de entre 20 y 39 años son las que se encuentran más expuestas a la violencia ya sea de pareja o de cualquier otro tipo de agresor. Entre las causas de muerte se pueden encontrar mutilación, asfixia, ahogamiento, ahorcamiento o bien degolladas, quemadas, apuñaladas o por impactos de bala.

De acuerdo con los registros del Inegi, las averiguaciones previas o carpetas de investigación por homicidios violentos que iniciaron los ministerios públicos de las fiscalías y procuradurías de los 32 estados del país pasaron de mil 83 en 2007 a dos mil 735 en 2016, lo que presenta un incremento de 152 por ciento.

Datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) señalan que 38 por ciento de los asesinatos de mujeres en el mundo son cometidos por sus esposos. Nuestro país no es la excepción. Han sido identificados como asesinos a parejas sentimentales —novios—, familiares directos, compañeros de escuela o del trabajo, alguna autoridad escolar o laboral, personas conocidas o extrañas.

Especialistas en temas de violencia contra las mujeres han señalado que la falta de registros que permitan dimensionar los asesinatos que se comenten en el país se debe a que las autoridades no reportan los homicidios. En algunos casos, llegan a consignar las muertes como no intencionales o suicidios.