Trump llegó a la Presidencia prometiendo ser “duro” contra lo que llamó “el terrorismo islámico radical”. En diciembre de 2015, tras el atentado de San Bernardo, California, en donde al menos 14 personas perdieron la vida, defendió que se prohibiría la entrada en el país a musulmanes que han ocasionado la muerte de cientos de norteamericanos.
Sin embargo, la mayor resaca que azota a Estados Unidos es el control de armas en donde cada año mueren cerca de 34 mil personas por las armas, una media de 93 por día. En el último mes ha habido 5 mil 778 incidentes con armas y mil 490 muertos. Desde 2011, más de 200 mil personas han muerto por las balas en el país, según datos de la organización Campaign Brady.
Octubre arrancó con la peor matanza en la historia de Estados Unidos. Cifras revelaron que 60 personas murieron y 500 resultaron heridas, víctimas de los disparos de un tirador situado en la ventana de un hotel en Las Vegas. ISIS se adjudicó el atetado sin ofrecer pruebas y aseguró que Stephen Paddock, de 64 años, pertenecía al Islam desde hace unos meses. El FBI indicó que no se han encontrado relación con organizaciones extremistas, por lo que las autoridades lo consideraron un “lobo solitario”.
El pasado 31 de octubre Sayfullo Saipov, un joven de 29 años de edad, con una camioneta alquilada, asesinó a ocho personas y dejó lesionadas a 12, en Nueva York. Trump recordó que Estados Unidos no debe permitir que los yihadistas del grupo Estado Islámico (ISIS) regresen o entren al país después de haber sido golpeados en el exterior.
El sur de Texas fue escenario el pasado domingo del último tiroteo ocurrido en Estados Unidos. Al menos 20 personas murieron cuando un hombre entró a una iglesia de la pequeña localidad de Sutherland Springs y comenzó a disparar en contra de los asistentes. El atacante fue encontrado sin vida dentro de un coche en donde se localizaron varias armas.
Fotos: Reuters
Estadísticas establecen que hay nueve armas por cada 10 ciudadanos. Un estudio del Congreso determinó en 2012 que había 310 millones de armas, 11 millones menos que la población del país.
Este lunes, Donald Trump afirmó que el más reciente tiroteo en Texas es una cuestión de salud mental y no de un problema de armas. “Tenemos un montón de problemas de salud mental en nuestro país, pero no es una situación imputable a las armas”, afirmó en una rueda de prensa en Tokio.
Rechazó la necesidad de abrir el debate sobre el control de posesión de armas y mencionó que con más restricciones las víctimas podrían ser mayores. “El estado con más controles de armas es Chicago y es un desastre”.