A los partidos políticos, de todos los colores y posiciones:

A ustedes que se han empeñado año tras año en ganar elecciones pero sin procurar el cambio o diferencia al partido que los antecedió; a ustedes que han torcido el sentido de un partido y han dejado, no sólo de representar a los agravios y dolores de la gente, sino que los han ignorado; a ustedes que se han pasado el poder como bolo de feria y sólo lo han usado para decorarse con trajes más caros y automóviles último modelo; a ustedes que con el dinero de todos no han hecho más que proteger pequeños e irrelevantes cotos de poder. Dirán que no les quedó de otra y que las condiciones no están dadas para hacer algo más. No es cierto y es hora de que alguien se los diga.

A las organizaciones democráticas, del campo y de la ciudad:

A ustedes que les han dicho que las cosas no pueden cambiar; a ustedes que todos los días luchan por convencerse que otro Chiapas es posible, pese al gobierno y a sus trabas; a ustedes que quieren hacer más y mejores cosas por su gente pero no saben cómo. Dirán que es muy difícil poder tejer comunidad con tiempo y esfuerzo, cuando en sus propias casas hacen falta tantas cosas. Lo entiendo y no están solos: una injusticia en cualquier parte, es una injusticia total.

A los ciudadanos libres, jóvenes y viejos:

Les hablo a ustedes los que no alcanzan a llegar a fin de mes, aun trabajando doble jornada; a ustedes los que quieren que sus hijos e hijas tengan más y mejor educación pero no hay espacio en las universidades ni ahorros que alcancen para ello; a ustedes que son leales a la ley y creyentes de un estado en donde cabemos todos, pero que sienten que han sido traicionados por el mismo pequeño grupo de acaparadores que hacen lo que se les ha venido en gana. Dirán que ya no más, que es suficiente, todos son los mismos y que las cosas nunca van a cambiar. Se que hay malestar. Pero donde cabe el dolor y el miedo, también cabe la esperanza y la ilusión.

A todos ustedes les hablo. Porque sé de la frustración y rabia que sienten cuando, estando las cosas tan confusas, escuchan y ven a una clase política tan desconectada de los problemas del día a día. Dinero, que siempre falta y que es de todos, tirado en folletos con frases y colores y emblemas y fotos de gente camisa planchada y corbata de seda. Porque el político debe dejar de hablar convencido de lo que dice y empezar a convencer a aquellos para los que trabaja: la gente sencilla.

La invitación es que volvamos a creer. Una nueva mayoría política no puede sostenerse sólo con la rabia y la indignación. Pero por ahí se empieza. Dejar la conveniencia y el pragmatismo ramplón que ve hacia 3 o 6 años adelante solamente y empecemos a pensar en el México de la siguiente década. Si queremos que eso sea posible, la rabia y la indignación deben enfocarse a sumar a todos los que hacen falta. Porque la política sirve, sólo que no esta. Porque los partidos son útiles para la sociedad, sólo que no estos. Porque México es más grande que sus problemas.

Si tú crees que esto es posible; si tú crees que el México que tenemos no es el que merecemos; si tú crees que el cambio es posible, súmate. Con ternura y generosidad para el que menos tiene y con todo el peso de la ley para quien se ha aprovechado de ellos. Una nueva mayoría para un nuevo México.

Si queremos un México próspero y en paz, debemos recuperar el sentido de futuro. Poder imaginar que un mundo en donde caben muchos mundos no sólo es deseable, sino posible y necesario. Pero digámoslo claro: para poder salir adelante y hacer de México nuestra casa común, debemos primero recuperar la libertad que unos cuantos nos han robado.  No todos somos iguales y no todos queremos lo mismo. Pero somos más los que amamos a México y quienes lo queremos ver triunfar. Somos más los buenos. Unidos y unidas, sin importar sexo, ocupación, religión o partido político, podremos rescatar a México.

Senador de la República por Chiapas

@ZoeRobledo