De a cuerdo al estudio La violencia feminicida en México, aproximaciones y tendencias 1985-2016”, tan solo en 2016, el 40.2 por ciento de los ataques contra mujeres que se registraron en el país se concentraron en el Estado de México, Guerrero, Chihuahua, Ciudad de México y Veracruz.

El estudio realizado por la Secretaría de Gobernación, el Instituto Nacional de las Mujeres y ONU Mujeres señala que en los últimos seis años, cada tres horas en el país se comete un asesinato contra una mujer.

Por ello, a través de este estudio se busca colocar el tema de la violencia de género en los tres niveles de gobierno, además de hacer un llamado a investigar todas las defunciones de mujeres con perspectiva de género con la finalidad de confirmar o descartar que los homicidios fueron perpetrados por el hecho de ser mujeres.

De los 2 mil 746 casos de homicidios contra mujeres, 7.5 víctimas al día, que se registraron el año pasado, 421 ocurrieron en el Estado de México, por lo que se convierte la entidad con el mayor número de ataques contra mujeres.

Destaca que en los 31 años de referencia del estudio hubo un total de 52 mil 210 defunciones femeninas con presunción de homicidio, ocurriendo 12 mil 810 en los últimos cinco años. Pese a que en 2013 hubo una baja en este tipo de homicidios en 2016 se registró un repunte de 63 por ciento con respecto al 2015.

La mitad de los homicidios de este tipo se dio entre mujeres jóvenes de entre 15 y 35 años. Entre los medios que se utilizan para asesinar a las mujeres, se ha incrementado el uso de armas de fuego, en los últimos años; sin embargo al interior del hogar se siguen utilizando métodos que son considerados particulares de la misoginia como son el acuchillamiento y el ahorcamiento.

El informe destaca un incremento de los feminicidios en la tercera edad, por lo que señala la urgencia de realizar una mayor investigación al respecto e incluir el tema de la violencia de género en las políticas públicas dirigidas a los adultos mayores.

Cabe destacar que el informe recopila datos de feminicidios a partir de certificados de defunción, específicamente de las defunciones femeninas con presunción de homicidios, el cual se considera el indicador más cercano para contabilizar este crimen.