Gabriela Guzmán Arnaud

El pasado 21 de diciembre todos los catalanes acudimos a votar. Convocados a unas elecciones especiales, ya que por primera vez en la historia el gobierno central tuvo que intervenir en Cataluña y destituir el gobierno autónomo. Como recordaremos, ese gobierno tomó la decisión  de convocar una votación ilegal, con el objetivo de formar un estado independiente de España. Ellos argumentaron que habían obtenido mayoría y por tanto declararon la Independencia. Esto motivó a la mayoría de las grandes empresas catalanas a trasladar su dirección fiscal fuera de Cataluña. Incluyendo al conocido equipo de fútbol Barsa.

Este 21D ganó por mayoría de votos el partido de la juventud: Ciudadanos. Pero debido a la ley Española, los partidos de tendencias similares que han obtenido menos votos, pueden unirse para gobernar en conjunto. De esta manera ganaron los partidos independentistas .

Y de nuevo retomo la idea que he comentado en mis pasados artículos. ¿Es democracia un gobierno votado por  una mitad de la población?

En verdad estamos frente a una Cataluña dividida en dos grandes bloques. Y no parece justo que un 50 por ciento que no voto por la independencia y que no está en nada de acuerdo, tenga que ser gobernada por quienes promueven esas ideas. Además de que el grupo que no quiere la independencia en su gran mayoría son gente joven, trabajadora y con deseos de pertenecer a Europa y tener todos los derechos correspondientes.

Algo muy parecido a lo que pasó en Reino Unido.

En Cataluña nos encontramos  a dos almas enfrentadas. Un alma es la de la gente joven pro Europa representados por las grandes ciudades como Barcelona. Y la otra, representada por gente conservadora en su mayoría de ciudades más catalanistas como Girona, o  Leída.

En los próximos meses acudiremos al proceso de toma de poder. El partido  más votado: Ciudadanos acudirá al parlamento  para recibir los votos de los diputados. Si consiguen los suficientes podrán gobernar, pero de no recibirlos, se presentará el segundo más votado y en ese caso la contabilidad de paridos afines les da por el momento la mayor posibilidad de ganar. Pero si ninguno obtiene los votos requeridos, volveremos a tener elecciones.

Lo que es insano en un mundo globalizado y moderno, es seguir pensando de esa manera. Desde mi punto de vista es irracional querer retroceder, en vez de avanzar. Pero es más increíble ser testigo de que esto está ocurriendo en dos países europeos: Reino Unido y España.

Estamos viviendo dos almas enfrentadas, los conservadores frente a los que buscan avanzar.

Finalmente ¿quien triunfará? ¿Se quedará conforme una gran mitad de la población con un gobierno con el que está en total desacuerdo?