No es lo mismo conseguir un voto de la gente que convencerla. Esa sería un poco la estrategia que puede deducirse de las elecciones en Chile, un país que desde el fin del pinochetismo parece haber tomado el camino de su desarrollo sin importar si los proyectos vienen de la izquierda o de la derecha. De hecho, podríamos decir que estos comicios, en segunda vuelta el 17 de diciembre, rompen mucho con la conducta electoral ya que el resultado no se encuentra del todo en las urnas, sino en el modelo que se plantea para el desarrollo del país y, eso, ambos bandos lo saben.

Durante la primera vuelta, realizada el 19 de noviembre, las encuestas presentaban un panorama sumamente rivalizado con un derechista Sebastián Piñera rondando 45 por ciento de los votos, y se predecía que Beatriz Sánchez, líder del Frente Amplio, le seguiría con 20.2 por ciento. Sin embargo, esto no ocurrió, ya que el primero recibió 36.64 por ciento, acaparando poco más de dos millones de votos, una situación que según los expertos lo dejaba muy al margen de una derrota en una segunda vuelta.

Por el contrario, Alejandro Guillier, candidato independiente izquierdista, logró 22 por ciento de sufragios, y con ello se apuntó una segunda oportunidad de contender el 17 de diciembre. Nuevamente los pronósticos no resultaron los esperados, pues el primero logró una victoria tranquila de 54.57 contra 45.43 por ciento del aspirante de la coalición de izquierda, es decir, una diferencia de más de nueve puntos.

Para Patricio Navia, catedrático de Ciencias Políticas de la Universidad Diego Portales de Santiago de Chile, esta segunda vuelta confirma que el pueblo es cada vez más maduro en sus preferencias electorales, y así lo expresaron en las urnas. El también profesor de la Universidad de Nueva York, reveló que tanto Piñera como Guillier tuvieron que cambiar sus estrategias y salir a buscar a un sector de izquierda, que fue el que en la primera vuelta había dado una sorpresa.

Cómo se expresaría el apoyo recibido a Piñera, tal vez porque este empresario supo convencer a los izquierdistas de que sabría respetar los convenios adoptados con gobiernos de izquierda anteriores y con el actual de Michelle Bachellet. También porque la población chilena tiende a buscar un gobierno amigable, que se aleje del extremismo y que llegue a buenos resultados nacionales a través de vías más moderadas. Esta es la entrevista que concedió a Siempre! vía telefónica.

El desafío

¿En qué circunstancias se realizó la segunda vuelta electoral en Chile?

Los dos candidatos se movieron hacia posiciones más moderadas. Tanto Sebastián Piñera como Alejandro Guillier tuvieron que salir a buscar a los votantes izquierdistas, que fueron los que dieron su apoyo en la primera vuelta. Ese fue un poco su desafío.

Con estas elecciones, Chile parece decir que prefiere estar en la derecha, ¿cuál es tu opinión al respecto?

No es tanto que Chile se quiera mantener en la derecha, más bien lo que confirma es que los chilenos lo que quieren son reformas con moderación y con gratuidad. Pinera no es un candidato de extrema derecha como los estándares internacionales, es más bien un candidato moderado. De hecho su campaña se centró en prometer y tratar de volver a todos estos años en los que la izquierda y la derecha negociaban esos grandes acuerdos. No es un caso semejante al de Argentina, que pasó de izquierda a derecha; se trata de un cambio más gradual, mucho más civilizado por así decirlo: más amigable.

Tras conocer los resultados la noche anterior, el candidato perdedor fue a visitar a su contrincante ganador para desearle éxito. Esa misma noche se reunieron y al día siguiente desayunaron juntos, ha sido una transición bastante tranquila. Piñera tendrá un mandato más inclinado hacia el mercado que el de Bachelet. Aunque él no tiene una mayoría en el Congreso, tendrá que negociar por los acuerdos.

Piñera logra con esto un segundo mandato, al igual que Bachelet, ¿qué comparación podría hacer de ambos gobiernos?

Eso nos dice que Chile es un país bastante estable. Michelle todavía no termina su gobierno y no hay razón para pensar que no lo va  a hacer. Haber pasado 22 años con Piñera significa que Piñera va a ser Piñera; eso da mucha tranquilidad de lo que va a ser su régimen. El primer gobierno de Bachelet fue más exitoso que el segundo. En el primero, Bachelet se mostró pragmática y moderada mientras que en este segundo estuvo más interesada en implementar reformas.

Patricio Navia, catedrático de la Universidad Diego Portales

Reformas graduales, no radicales

También parece decir que el pueblo chileno desea escoger un camino diferente a la de los países boliviarianos, ¿qué piensa de eso?

El hecho de que Chile haya crecido tanto en los últimos 28 años, que se haya desarrollado, que la democracia se haya consolidado, que incluso ha disminuido la pobreza, que incluso se haya diluido la desigualdad, hace que aquellos que presentan una tierra prometida boliviariana, distinta, revolucionaria se queden atrás.

La gente piensa que el camino actual de Chile es lo correcto y lo que quiere son reformas graduales, sus derechos, que se produzca más crecimiento, pero no quiere cambios radicales. Quiere seguir por el mismo plan de ruta, por el mismo camino, pero aplicando un acelerador para llegar más rápido a lo convenido.

Es un error suponer que Chile dio un giro total a la derecha. Piñera ya fue presidente y fue muy moderado, alguien que orientó su política hacia la apertura de mercados, que se acercó a los líderes de la región. Es importante destacar que el próximo gobierno, el suyo, no tiene mayoría en el Congreso y tendrá que negociar para poner en práctica su política económica. Cualquier gobierno que ha habido en Chile ha sido amigable con el mercado, ha estado en favor del libre comercio y de una democracia en toda la región. Esto ya lo estamos viendo en la Bolsa de Valores, que es un indicador favorable. También es cierto que no hay un cuestionamiento a los resultados ni de torpedear al nuevo gobierno, por el contrario hay disposición para colaborar en todos los puntos donde se pueda.

Solo una identidad de estilo

¿Tuvo alguna influencia Mauricio Macri, presidente de Argentina, en las elecciones chilenas?

En general, la política siempre es local. El hecho de que Macri apoya a Piñera por cierta identidad política no significa que Piñera reciba más apoyo. Eso solo muestra que entre Macri y Piñera hay un mismo estilo de gobierno, pero no cambia en nada a la hora de las elecciones. Probablemente Macri esté contento de que haya ganado Piñera, que se sienta más tranquilo gobernando al lado de otro gobierno de derecha. Pero no creo en definitiva que Macri haya tenido algo que ver en el triunfo de Piñera.

¿Alguna influencia de Rusia?

No lo creo, No entiendo cómo podría concurrir. En Chile, las votaciones se realizan con papel y los votos se cuentan a mano en cada una de las 41 mil mesas que hay ahí. No hay conteo electrónico de votos y no creo que Rusia haya tenido algún interés en especial. Independientemente de si gana la izquierda o la derecha, las votaciones van a ser más o menos las mismas. Probablemente habrá algunos énfasis distintos, pero los resultados son independientes de que haya un gobierno de izquierda o de derecha.