Termina el 2017. La memoria flaquea y hay que hacer un ejercicio para mantenerla viva ante el embate de 2018 que se anuncia muy rudo en los ámbitos político, económico y social.

Vivimos unas elecciones intermedias vergonzosas. En Edomex, una multimaquinaria funcionó para llevar al triunfo a un partido que repartió tarjetas rosas inservibles en un Estado donde reina el feminicidio y fue, así, un vaticinio de lo que se prepara para las elecciones de 2018. En Coahuila, el INE brilló por los acomodos realizados en beneficio del PRI.

Las amenazas de Trump a México. Lo peor no es la construcción del muro, sino la actitud despectiva hacia los mexicanos en EUA. Esto afectará igualmente la entrada de remesas, uno de los más importantes ingresos de divisas en México. Por otra parte, ya en el terreno económico, sin abandonar el político, está la renegociación del TLC en la que Trump desea avasallar aún más a México, incluso amenazando con volvernos “vecinos distantes”.

El registro de candidatos independientes a la presidencia se vio fuertemente frenado por las exigencias del INE. Obtener 996 mil firmas en 17 Estados de la República es un reto enorme (para conformar un partido se necesitan unas 200 mil firmas). El método de recolección de firmas es aún mayor: ¡a través de una App para dispositivos de gama media y alta que presenta muchas deficiencias! (por ejemplo, la firma no cabe en el espacio asignado o los datos se capturan mal).

Terminamos el año con un fiscal electoral de último minuto, cuando ya se dio la señal de salida a los candidatos. La destitución del anterior, Santiago Nieto, sonó a represión de la acción legal justa que él realizó. Sigue vacante el puesto de fiscal general.

El Congreso de la Unión ha mostrado no tener sensibilidad civil: no escucha lo que se le pide. Contra la petición de la CNDH, la CIDH, la ONU, Amnistía Internacional, Human Right Watchs… y de la sociedad civil, dio por buena la reforma a la Ley de Seguridad Interior que atenta contra las garantías individuales y sociales (votada mayoritariamente por el PRI y satélites, y apoyada por el PAN). Aún la presidencia puede vetarla. Aún puede pasar a la SCJN. Todo depende de la protesta a través de diversos medios.

Las grandes transnacionales, encabezadas por Dupont, no cejan en su voluntad de introducir el maíz transgénico en nuestro país de manera legal, lo que aumentaría aún más nuestra dependencia alimentaria (habría que comprar las semillas e insumos), e iría contra un bien nacional: la alta diversidad de esta planta.

Muchos asuntos de este año quedan al aire: los aumentos en la gasolina y la situación de Pemex; el incremento en los precios de los productos, pero no en los salarios (con el aviso de una reforma laboral neoliberal que pasará al Senado); los terremotos y sus inmensas secuelas no resueltas; el permiso para que la Mtra. Gordillo regrese a su casa; la falta de claridad en cuanto a Ayotzinapa, Tlataya, ABC, etcétera; la cuestión del muro en la frontera Sur del país que nos dividiría de los hermanos centro y sudamericanos; el caso Odebrecht que en México no ha señalado a los culpables de corrupción; la designación de Meade, un no partidista, como candidato del PRI, y los señalamientos sobre su “discreción amable” en los puestos públicos que ocupó y que se relacionaban con los dineros…

Navidad no debió ser un espacio de evasión, sino uno de esperanza en el que nos percatamos que hasta Dios al encarnarse asumió la historia humana y sus complejidades.

Además, opino que se respeten los Acuerdos de San Andrés, que se investigue Ayotzinapa, que trabajemos por un nuevo Constituyente, que recuperemos la autonomía alimentaria, que revisemos las ilusiones del TLC, que defendamos la actualidad de la democracia.

@PatGtzOtero