El próximo día 10 de este mes de diciembre conmemoraremos el 69 aniversario de la promulgación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Al finalizar la trágica y sangrienta segunda conflagración mundial, todos los habitantes de la tierra en el convulso ambiente de la posguerra observaron expectantes y esperanzados cómo los aliados, en sustitución de la Sociedad de las Naciones, constituyeron la Organización de Naciones Unidas, en San Francisco, en 1945.

Horrorizados por las decenas de millones de muertos y la inmensa tragedia del holocausto, los hombres y mujeres de todo el mundo amantes de la paz y de la libertad encabezados por Leonora Roosevelt, la entonces recién viuda del presidente Roosevelt de Estados Unidos se enfrascaron en largas, tensas y agitadas sesiones de trabajo con los representantes de todas las naciones vencedoras de la guerra para consensuar un catálogo de derechos humanos inviolable por cualquier país o gobierno hasta el fin de los tiempos.

En el seno de la Organización de las Naciones Unidas se estableció la comisión de los Derechos Humanos en 1946, que hasta ahora constituye el principal órgano normativo en materia de derechos humanos en el ámbito internacional.

Se integró un comité de redacción de 18 personas de diversas nacionalidades, formaciones políticas, culturales y religiosas. responsable de elaborar una Carta Internacional. Los debates fueron complejos debido al conflicto ideológico político entre el sistema capitalista y el comunista, que polarizó las discusiones del comité. La URSS y sus aliados socialistas pugnaron por avanzar en la definición de los derechos económicos y sociales, otorgando una enorme importancia al principio de la soberanía estatal, por lo que se oponían en consecuencia a la creación de un tribunal internacional de derechos humanos.

El proyecto-borrador final de la Declaración se propuso en septiembre de 1948 y más de 50 Estados miembros participaron en la redacción final. En su resolución la Asamblea General, reunida en París, aprobó con ocho abstenciones y ningún voto en contra la Declaración Universal de Derechos Humanos.

En homenaje a quienes participaron firme y decididamente en la elaboración de la declaración, consigno aquí sus nombres: Eleanor Roosevelt; René Bassin, de Francia, quien redactó el primer proyecto de la Declaración; Charles Malik, de Líbano, relator de la Comisión; Peng Chung Chang, de China; John Humprey, de Canadá.

El frío invierno parisino del 48 fue testigo del momento cumbre en un hotel de la rue Rivoli en el que las delegaciones aprobaron el documento final, y un muy gélido 10 de diciembre anunciaron al mundo la que se conoce como la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

La ceremonia formal se realizó en el Palacio del Trocadero a las orillas del río Sena, teniendo como testigo a la Torre Eiffel. Desde entonces los derechos humanos se han constituido en el paradigma de legitimidad y justicia de las relaciones internacionales.

Los derechos humanos son normas jurídicas y valores que la humanidad ha definido como factores indispensables para la convivencia en sociedad. Su finalidad es proteger la vida, la libertad, la igualdad, la seguridad, la integridad física, la cultura, el medio ambiente y la paz, entre otros.