La amnistía es una política terrible y es terrible política. Es una política terrible porque ustedes premian a las personas por violar la ley. Tom Tancredo

El Estado no fue creado para pactar o negociar las condiciones en las que se tiene que cumplir el Estado de derecho para lograr ser una comunidad que viva en paz y tranquilidad. Que busque el bien común y los mayores satisfactores que se puedan lograr en la búsqueda de una vida plena e integral.

Si algunas instituciones del Estado pensaran en pactar con la delincuencia, sería claudicar a los fines que persigue y le dan razón de ser a este ente jurídico. No se puede pretender que los delincuentes y criminales pongan sobre una mesa de negociación sus condiciones para que la seguridad, que es un derecho humano, reine en nuestro país. A cambio de qué o con qué consideraciones podría darse algo así.

¿Con cuáles grupos criminales se empezaría. Se convocarían a todos los criminales registrados en una especie de convención para que de ahí salieran los acuerdos? ¿Que pasaría con las bandas que tienen pleitos a muerte por control del territorio o el mercado de drogas y contrabando?, ¿se sentarían a la mesa, estarían todas las bandas, o seria una estrategia para exhibir al gobierno?

Muchos de estos análisis y comentarios se han dado a partir de la propuesta de Andrés Manuel López Obrador que ha dicho que en caso de que él ganara la Presidencia de la República le otorgaría una especie de “amnistía”, es decir el perdón, a los criminales, principalmente a las bandas delincuenciales que han sumido nuestro país en un ambiente y clima de inseguridad y violencia.

A ciencia cierta no sabemos el trasfondo de la propuesta de AMLO, puede ser una ocurrencia como muchas que ha tenido, o puede tratarse de una propuesta que él piense que puede llevarse a cabo, lo que resultaría muy peligroso, ya que la señal es que el Estado mexicano bajo su mandato podría ponerse de rodillas y claudicar al deber y la obligación de cuidar de su población.

Sin duda puede ser también un circo mediático que ponga nuevamente al tabasqueño en el centro de los reflectores. Dado que ahora el PRI decidió candidato y ya figuran sólidamente otros nombres, López Obrador dejó de ser el eje de los comentarios.

Si la estrategia era ser nuevamente el centro, lo logró. Ningún actor relevante se quedó sin dar respuesta a AMLO, incluidas las fuerzas armadas. Consiguió aquella frase de “que hablen mal de ti, pero que hablen”.

No es un tema menor. No se trata de que se aplique la Ley del Talión de “Ojo por ojo y diente por diente”, lo que no puede suceder porque el Estado no es una parte igual a la delincuencia. El Estado es superior a la delincuencia, para ello tiene herramientas legales y materiales que deben usarse para imponer el orden y el Estado de derecho que devuelvan la paz y tranquilidad. No para claudicar y negociar en beneficio de delincuentes.

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