Al PAN le salió caro haber ganado la Presidencia de la República en 2000 y 2006. Carísimo. Tanto que, hoy por hoy, a punto de cerrar el 2017, está al borde de una implosión que amenaza con extinguirlo irremediablemente. Y lo que son las cosas, los responsables de este cataclismo no son sus adversarios políticos, sino los mismos panistas, quienes enceguecidos por la sed de poder de sus líderes principales no se han podido percatar que prácticamente ya arrasaron con el legado de Manuel Gómez Morin, Luis Calderón Vega, Manuel J. Clouthier, Luis H. Álvarez y tantos y tantos más que trabajaron hasta el último día de sus respetables vidas por forjar una real alternativa opositora.

Y la verdad es que esta debacle panista no me sorprende en absoluto, pues las barbaridades perpetradas por personajes como Vicente Fox, su esposa Martha Sahagún y los hijos de ésta; el clan Calderón-Zavala (Felipe, Margarita, la Cocoa y Juan Ignacio) o el corruptísimo Ricardo Anaya, sólo por mencionar a unos pocos, no podrían traducirse más que en una terrible autodestrucción.

Sin embargo, en estos momentos al interior del PAN todo indica que este contexto no importa pero para nada. Ya nos lo demostró el binomio Felipe Calderón-Margarita Zavala, quienes empecinados en querer regresar a Los Pinos a como diera lugar poco les interesó respetar las formas y los tiempos panistas para definir a su próximo candidato a la Presidencia de la República. Prácticamente buscaron orquestar un “golpe de Estado” para apoderarse del blanquiazul y la voluntad de los panistas pero el plan se les chispoteó y ahora ya todos sabemos las consecuencias: la señora Luisa María Calderón ya podrá contender por la vía independiente por una diputación federal (primero muerta que dejar de vivir del erario, ¿verdad?) y la exprimera dama anda apersonándose en cuanto espectáculo masivo se le ocurre para conseguir las firmas.

Y si de ambiciosos hablamos obviamente no podemos dejar fuera al gandalla #1 de la polaca mexica: el queretano Ricardo Anaya, quien de manera por demás astuta logro engatuzar a la perredista Alejandra Barrales (otra gandalla, pero con muy poco colmillo, la verdad) para conformar la payasada esa que conocemo como el Frente Ciudadano por México que no es más que un trampolín para que este par de dos se catapulten rumbo a la Presidencia de la República y el Gobierno de la Ciudad de México, cosa que muy difícilmente lograrán porque albiazules y solaztequistas, cada quien desde su respectiva trinchera, están peleando por tener real representatividad en las próximas elecciones, con sus propios candidatos y no por medio de una dupla que sólo piensa en su beneficio personal.

Y si a todo esto le sumamos que el gallo del PRI es nada menos que el exsecretario José Antonio Meade, quien tiene un interesante ascendente con muchos panistas que están dispuestos a votar por él, pues peor todavía para el PAN, porque muchos blanquiazules de cepa que se sienten traicionados por su (dizque) líder nacional van a estar más que dispuestos a sufragar a favor del abanderado del tricolor, lo que de rebote también dañará considerablemente las aspiraciones de la señora de Calderón, quien ya se sentía seguro de contar como independiente con el voto útil de muchos militantes panistas.

 www.lapoliticamedarisa.mx

 yalessandrini1@gmail.com

alessandriniyazmin@yahoo.com.mx

@yalessandrini1