Elvia Carrillo Puerto fue una líder feminista en toda la extensión de la palabra. Su  lucha y su activismo social le valieron el mote de “La monja roja del Mayab”. Consiguió ser la primera diputada electa en el Congreso de Yucatán y consagró su vida a la lucha a favor de las mujeres mexicanas.

Hoy Google recuerda a la activista social e impulsora de los derechos de la mujer en México dedicándole su doodle en el día en que se cumple el 139 aniversario de su nacimiento.

La ilustradora de la Ciudad de México Hilda Palafox es la creadora de la ilustración que honra su activismo: tira de la mano de otras mujeres, pancarta en mano y subiendo la escalera de la igualdad.

Desde muy joven anheló ser independiente, ilustrarse y llevar una vida distinta a la de las mujeres de la época, y lo consiguió porque fue pionera en casi todo. Es considerada la chispa de la revolución posterior. Nació en Motul, Yucatán, el 6 de diciembre de 1878. En una familia numerosa, Elvia siempre estuvo muy  cerca de su hermano Felipe mientras él vivió, aunque destacó por sí misma en la lucha social. Felipe sintió como propios los problemas de los indígenas y se metió en política, llegando a gobernador en su estado y realizando una vasta obra en poco tiempo.

Elvia fue alumna de la poeta Rita Cetina Gutiérrez, aprendiendo de ella, la noción de igualdad de género.  Gracias a su influencia, estudió textos escritos por  grandes teóricos de los derechos de la mujer, como Mary Wollstonecraft, Flora Tristán y Victoria Woodhull.

Desde niña Elvia destacó por su inteligencia, astucia y también por su singular belleza. Siempre sensible ante las problemáticas sociales, se fue convirtiendo en revolucionaria por convencimiento a pesar de pertenecer a una familia de las consideradas pudientes en aquella época.

En 1912 fundó la primera organización femenina de campesinas con la finalidad que a las mujeres jefas de familia se les garantizaran los mismos derechos que a los hombres en la distribución de tierras. Un año después, se convirtió en una de las más importantes organizaciones de la región debido a la gran cantidad de contingentes que la conformaban.

Se sabe que su activismo fue incansable. Participó en la fundación de las “Ligas de Resistencia Feminista” tratando de llamar a las mujeres de todo el estado a organizarse y apoyarse unas a otras en temas urgente como: derecho al voto, higiene, alfabetización, control de la natalidad; este último era un paso indispensable en la búsqueda de libertad de las mujeres y sostenía de fondo la más intolerable de las reivindicaciones para las sociedades conservadoras: “el derecho de las personas a vivir su  sexualidad de una manera libre y lúdica, más acá o más allá de los fines reproductivos” (Lemaitre, 1998).

 Elvia es conocida como “Monja Roja” por ser parte del  grupo de mujeres mexicanas que luchaban por sus derechos políticos durante y después de la Revolución Mexicana.

En 1919, durante el gobierno de Venustiano Carranza, Elvia viajó a la ciudad de México donde creó la Liga Rita Cetina Gutiérrez con la intención de lograr la inclusión del debate sobre el voto femenino en las cámaras legislativas; sin embargo, fue ignorada por sus compañeros socialistas.

No fue hasta en 1923 de vuelta en su natal Yucatán, con  su hermano Felipe Carrillo Puerto rigiendo como gobernador del estado, que Elvia fue elegida como diputada municipal junto con Beatriz Peniche y Raquel Dzib Cícero por parte del Partido Socialista del Sureste. Cargo que,  tras  el asesinato de su  hermano, fue obligada a abandonar después de recibir varias amenazas de muerta tanto a ella como a sus compañeras. Asimismo, el voto a la mujer fue anulado en la entidad.

Con ayuda del presidente Plutarco Elías Calles logró escapar de Yucatán y terminó por refugiarse en la Ciudad de México.

Nunca retrocedió en su luchar por los derechos de las mujeres. Nunca dejó de lado su preocupación por las mujeres y los hombres mayas ya que Elvia amaba esa lengua.

Finalmente, gracias al esfuerzo de miles de mujeres, en 1953 el presidente Adolfo Ruiz Cortines propuso personalmente la iniciativa para cambiar el artículo 34  constitucional, reconociendo el derecho a las mujeres como votantes en  todas las elecciones.

Carrillo Puerto murió en la capital del país el 15 de abril de 1968 con 89 años de edad y sus restos se encuentran en el cementerio general de Mérida.

(Con información de El País y el Senado de la República)