A Joan Didion y Griffin Dunne, además del prescindible vínculo de familia, los une el dolor. Ella, una extraordinaria escritora y periodista a la que el Nuevo Periodismo le debe el haberse enriquecido con su sensibilidad californiana, sufrió en dos años la pérdida de su esposo y de su única hija. De tan fatales acontecimientos, nació una de sus obras maestras: El año del pensamiento mágico (2005), un tétrico análisis del vacío tras las pérdidas.

Por otra parte, Griffin Dunne, hijo del fallecido autor  Dominick John Dunne, recuerda el asesinato de su hermana, de 22 años de edad, entre las manos estranguladoras de su novio. Él es sobrino de Joan Didion, y la empatía en el dolor le ha dado el impulso para interpretar el sufrimiento mutuo y proyectarlo a través de un documental titulado Joan Didion: el centro cederá.

“Es curioso, siempre ocurre lo mismo, hablar de Joan es hablar de nuestros propios muertos”, dice el también actor. Dunne reconoce y traduce su propia angustia en el pensamiento de su tía, quien a pesar de la adversidad, no puede definirse como una víctima sino como el valor.

“He crecido escuchando todos los adjetivos posibles sobre la fortaleza, o lo que sea, de Joan… y sí, ella es todo eso que irradia, pero creo que el secreto es genético, procede de un entorno duro de verdad. Y desde niña escuchó todas aquellas historias que determinaron su construcción moral. Joan adora la palabra carácter, y eso es ella, alguien con verdadero carácter”, explica con admiración Dunne.

La filosofía de Didion puede compactarse en su afición por las serpientes, y lo expresa de una manera formidable durante el documental: “La teoría dice que si la serpiente está en tu campo visual no te va a morder. Eso se asemeja bastante a cómo me enfrento yo al dolor. Yo quiero saber dónde está”. Y es que el trabajo de su sobrino, más que una biografía formal, representa una experiencia casi empírica en que el dolor puede explicarse a la manera de la también creadora de Noches azules (2011).

Para alguien como Didion, que antes de las desventuras personales se había ya enfrentado a escribir sobre  el lado obscuro de la cultura hippie y a ver cara a  cara a una integrante de “La familia” de Manson, el lenguaje de la desesperanza y la pena, resultó una ventana de creación; la excelencia de sus textos no miente.

Pero, además de explorar la temática esencial de sus textos, Griffin Dunne también destaca su lado humano y social con testimonios, por ejemplo, del afamado actor Harrison Ford, quien conoce a Didion desde los años en que trabajaba como carpintero.

“Pese a que yo no era como ellos, siempre me incluyeron a mí y a mi joven familia en su vida. Nos invitaban a sus fiestas. Eran más listos y más cultos, pero nunca nos trataron diferente por eso”, dice la afamada estrella de Hollywood.

Joan Didion: el centro cederá, es, pues, una excelente propuesta de mirar el sufrimiento a través de dos personalidades que se entienden como luchadores en un mismo camino, pero, además, una oportunidad de acercarse a la literatura de Joan Didion y empezar a diseccionar nuestros propios sufrimientos. A todos nos duele algo.