Nunca existió una buena guerra ni una mala paz. Benjamín Franklin

El río está verdaderamente revuelto, en política no hay casualidades y prácticamente el escenario final con rumbo a la elección más competida de la era democrática moderna en México ya está en puerta. De aquí a los siguientes meses, pocos serán los cambios notables o trascendentes en el espectro político electoral de nuestro país.

La boleta electoral de 2018 prácticamente está configurada, las tres coaliciones donde verdaderamente estará la contienda electoral estarán encabezadas por Andrés Manuel López Obrador, Ricardo Anaya y José Antonio Meade. Además de los independientes Jaime Rodríguez, el Bronco, y seguramente Margarita Zavala. Al menos los cinco contendientes más claros en la definición y los tres primeros con la posibilidad real de alzarse con el triunfo en las elecciones.

Como bien podemos observar, los partidos políticos en lo individual quedaron rezagados y prácticamente olvidados. En el caso de Morena y su candidato López Obrador han integrado un acuerdo electoral con el partido Encuentro Social y el Partido del Trabajo. En el caso de Ricardo Anaya es la suma del PAN, PRD y Movimiento Ciudadano, ahora denominados Por México al Frente. Según escribió Jesús Silva-Herzog Márquez, el PAN fácilmente dejará de existir. Del PRD y Movimiento Ciudadano, sus números y su posición política actual hablan por sí solos. En el caso de José Antonio Meade estarán el PRI, Panal y el Partido Verde y por supuesto toda la fuerza del gobierno mexicano que intentará repetir lo hecho en el Estado de México.

El Bronco y  Margarita Zavala, sin duda, reunirán las firmas necesarias para su registro, pero según los sondeos de opinión y el análisis político electoral, resulta muy complejo que alguno de los dos pudiera ganar la elección presidencial. Pero no me queda la menor duda de que serán factores muy relevantes para inclinar la balanza del triunfo en uno u otro sentido a favor de los contendientes reales. Es decir, les quitarán votos a algunos de los candidatos, dividirán la elección y esto será caldo de cultivo para que alguno de los tres contendientes principales logre capitalizar y ganar.

Al día de hoy la elección presidencial no está definida y a pesar de que todas las encuestas sitúan en primer lugar a López Obrador, este aún no ha ganado. Anaya tiene posibilidades reales y Meade con el PRI, aun cuando están en tercer lugar, no están acabados.

Esta es la primera elección en México verdaderamente a tercios, es decir, tres candidatos con la posibilidad real de que cualquiera de ellos gane. Esto nunca había existido en el escenario mexicano a nivel nacional, ya que siempre competían dos fuerzas parejas y una tercera rezagada. Tres coaliciones que integran nueve partidos. Tres por cada una, más dos independientes, configuran la guerra electoral que viene y en la que está todo por escribirse.

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