En aras de la presentación de su obra “República luminosa” en la FIL de Guadalajara, Andrés Barba dialogó acerca de su concepto sobre la traducción, uno de los campos más enigmáticos de la literatura. Y es que el novelista español además de conseguir notables éxitos como narrador, posee también una notable faceta de traductor en que los autores ingleses resultan ser su especialidad e incluso una notable influencia para poder lograr su último libro.

“Sin haberlo premeditado en absoluto, me acabé convirtiendo en traductor de muchos clásicos ingleses: Henry James, Melville, Conrad, Stevenson, Fitzgerald, De Quincey… Sobre todo con Conrad y con Melville hubo un mundo de consideraciones acerca de qué es la civilización y qué es la barbarie, eran temas que me empezaban a interesar mucho y esta novela (República luminosa) al final acabó tratando de eso”, explica el ganador del Premio Herralde 2017 a El Financiero.

Pero el además guionista de cine y televisión, exalta la actividad de la traducción como una ventana para adentrarse en el pensamiento de los más notables escritores:

“La traducción es la forma más educada y atenta de leer posible, resulta muy curioso darme cuenta de que recuerdo mejor los libros que he traducido que los libros que he escrito; es curioso porque los libros que uno ha traducido los recuerda de una forma muy precisa, y los que uno escribe, de una manera más caótica y sentimental. Gracias a esa precisión uno empieza a adivinar las estrategias del estilo de los grandes”. 

Aunado a tan simbólica apreciación, Barba celebra el hecho de que comiencen a realizarse traducciones cada vez más universales en el idioma español y se rompa el esquema de “traducciones peninsulares” que resultaba un tanto inflexibles a los lectores y estudiosos; además considera meritorio el hecho de que ahora el nombre del traductor de una obra aparezca en la portada del libro.

Específicamente sobre la creación de un “español neutro”, reconoce el impedimento de las regiones geográficas y los millones de hispanoparlantes, pero no desecha su objetivo:

“Es posible que respetemos esas fronteras, que intentemos ser un poquito menos reduccionistas con nuestro español y hacer un idioma más abierto desde el punto de vista de la traducción; no podemos esperar que a la gente no se le caigan los libros de las manos si utilizamos una forma demasiado localista”.

Además, Andrés Barba expresa su postura sobre el tema político ibérico en boga, la situación de Cataluña, que considera es resultado de un cambio completo en la política y su jerarquía, y una experiencia de la cual pude aprenderse mucho.

“Cuando hay una crisis hay información, siempre que hay una crisis, hay una posibilidad de mejorar y cambiar las cosas, me parece que no hay que tener miedo a la democracia, que de eso se trata en realidad, que no hay que tener miedo a escuchar las voces. Siempre es una buena noticia que la gente se pueda manifestar en libertad sea como sea, y siempre es una mala noticia la represión policial, la represión política en todos los términos, así como la judicialización de la democracia”.