“Las costumbres hacen las leyes, las mujeres hacen las costumbres; las mujeres, pues, hacen las leyes”. Montesquieu.

Arabia Saudita es quizás, el país más conservador de la región musulmana. Pese a que en su territorio están localizados dos de los lugares sagrados del Islam como La Meca o Medina, esta nación no permite la entrada de extranjeros con fines turísticos. Cabe destacar que debido a sus leyes todas las mujeres que estén en la demarcación – incluyendo las extranjeras – tienen la obligación de tener el cabello cubierto en todos los lugares públicos, ser recatadas y vestir la abaya, prenda que cubre prácticamente todo el cuerpo.

Además, en este Reino pese a ser un espacio relativamente con poca inseguridad, las mujeres corren riesgos de estar solas en la vía pública. Uno de estos peligros son las acciones delictivas de la organización Estado Islámico (ISIS) que han secuestrado y explotado a este sector de la población en diferentes países vecinos como Siria, Irak o Yemen.

La Ley Islámica –conocida también como Sharía- impone sanciones al sexo femenino en Arabia Saudita que no son comunes en otras latitudes, tal como carecen de normas que penalicen la violencia doméstica contra las mujeres, no entregar la custodia de menores cuando sé es extranjera —debido a que este país no firmó la Convención de La Haya sobre los Aspectos Civiles de la Sustracción de Menores— o inequidades en el divorcio como el amparo automático de los hijos al hombre, y más drástico aún, la capacidad del cónyuge masculino de pedir la expulsión del Reino de su pareja en caso de que su nacionalidad fuese extranjera.

Pese a esta normatividad, en días pasados se levanto de forma histórica la prohibición de que las mujeres pudieran manejar vehículos automotores. Si bien de forma oficial la medida entraría en vigor hasta dentro de seis meses, en la práctica ya se pueden observar a las damas al volante, situación que transformará a la sociedad saudita pese a sus costumbres.

Este avance es uno de los cambios propuestos por el gobierno del Rey Salmán bin Abdulaziz, entre con algunas limitantes destacan la posibilidad de que las mujeres y sus familias puedan festejar la fiesta nacional –apartada de los hombres-, realizar trámites gubernamentales o emplearse sin el permiso de un tutor, y en algunas regiones no taparse la cara, cuando hace algunos años la tradición sólo permitía que mostrasen sus ojos con las prendas típicas.

¿Qué transformaciones sociales podrán suceder en Arabia Saudita con la autorización de las mujeres para conducir automotores? Es un paso importante a escala internacional puesto que era el único país con una ley semejante, lo que representa un triunfo para la población femenina en este reino, así como para las asociaciones de la sociedad civil a escala mundial que habían defendido este derecho por años.

Con esto, las mujeres podrán fortalecer su movilidad con permisos oficiales para manejar coches, por lo que incide en materia social pese a otras restricciones, ya que aún no pueden desplazarse en la calle sin el acompañamiento de un hombre.

El hecho de que las mujeres sauditas puedan en un futuro cercano tener la autorización para conducir vehículos abrirá nuevos debates como salir de la ciudad de residencia o la apertura de una cuenta bancaria sin el permiso firmado de su cónyuge, situación que es imposible de momento, pero que el uso y necesidad de traslados pueden motivar a la reflexión. Pese a este avance existen desafíos en materia religioso o cultural que las damas en este país tienen que respetar, pese a que ya les es permitido estar atrás de un volante.

El cambio también es una respuesta para un sector de la población que tiene menor número respecto al sexo opuesto, ya que los varones son más de tres millones respecto al total de mujeres en Arabia Saudita (con 28.5 millones de habitantes), con una tasa de 1.2 individuos del género masculino por cada femenino.

Parte de la inequidad pueden observarse en los datos de calidad de vida, ya que la mortalidad infantil es mayor para las niñas de este país. Asimismo, la expectativa de años en la escuela es más alta en los jóvenes que en las damas por un año. Además, el desempleo juvenil afecta a seis de cada diez mujeres, mientras que en hombres la proporción es uno de cada cinco.

Si bien en otros países musulmanes las leyes ofrecen más ventajas para las actividades de las mujeres que el caso de Arabia Saudita, en dicho reino se está llevando a cabo un proceso de modernización que puede generar transformaciones sociales no vistas en la historia de la península arábiga. Parte de estas reformas están vinculadas al programa gubernamental “Visión Saudí 2030” que requerirá una mayor participación de las damas en el desarrollo económico.

Lamentablemente más que una política pública social, este proyecto buscará la privatización de diferentes servicios públicos como educación y salud, además de atraer inversiones en la industria petrolera para privatizar 5% de éstas y con ello sumar capitales internacionales que puedan crear fondos de inversión y con ello diversificar la economía, a fin de no depender del oro negro como eje financiero del reino, además de garantizar la seguridad social de la población.

Por tanto, en los siguientes años podrá mejorar relativamente la calidad de vida en la mujer saudí. Poco a poco se recorre el velo, hoy podrán manejar, mañana vendrán otras conquistas.

El autor cuenta con un Posdoctorado en Control Parlamentario y Políticas Públicas. Universidad de Alcalá de Henares -IAPAS.