Trump recibió un duro revés. Este miércoles, el presidente estadounidense recibió la triste noticia de que uno de sus caballos negros, el juez Roy Moore, conocido por su extremismo al estilo del magnate neoyorquino, no pudo llegar a la meta del Senado y, por el contrario, el Partido Republicano perdió un valioso escaño, con el que se debilitó la ligera ventaja que tenía frente a sus rivales demócratas.
Moore contendía por un escaño al Senado en Alabama que hubiera sido un puesto clave para Trump y su bancada republicana, con el cual hubieran podido revertir el sistema de salud Obamacare, que se ha convertido en un dolor de cabeza para la administración del rubio millonario.
Según el conteo de votos, estos favorecieron más a su rival demócrata Doug Jones por un escaso margen de 20 mil sufragios, para ubicarse en 50% de los sufragios, mientras que Moore le pisó los talones con el 48%.
Moore, quien es un fanático religioso, estuvo bajo fuego todo el tiempo debido a constantes acusaciones de abuso sexual. Este ex magistrado ha sido señalado por un grupo de mujeres que aseguran que las acosó y agredió sexualmente. La mayoría dice que ocurrió en su adolescencia, cuando Moore andaba en sus treintas. Un caso es el más alarmante, pues se trata de una menor de apenas 14 años que afirma que intentó violarla.
Aunque el candidato, de 70 años de edad, negó las acusaciones argumentando que había motivos políticos escondidos, varios de sus mismos correligionarios prefirieron distanciarse de él y negarle su apoyo, tras lo cual la mayoría republicana se redujo a 51-49 de los demócratas.
Esta acción es considerada como un fuerte golpe para la administración trumpista, pues se esperaba que fuera su contrapeso en la cámara alta para las decisiones que el magnate necesita realizar en su gobierno.
Sólo para que lo sepan: El juez Roy Moore es un fanático del cristianismo radical. Su propuesta consiste en rechazar el matrimonio homosexual, prohibir que los estadounidenses musulmanes puedan aspirara un cargo público y hasta piensa que los atentados del 11 de septiembre tienen que ver con el hecho de que el pueblo estadounidense se haya alejado de Dios. Por cierto, también sostiene que Estados Unidos era grande cuando existía la esclavitud. Su extremismo religioso es tal que afirma que sus decisiones se fundamentan en las Sagradas Escrituras.