Esta madrugada murió el cardenal Bernard Law, a los 86 años de edad, informó en un breve comunicado el Vaticano. El religioso falleció en un hospital de Roma a causa de las complicaciones que le produjo la diabetes que padecía.

En el 2000, Law renunció como arzobispo de Boston acusado de encubrir uno de los mayores escándalos de pederastia entre los años 1984 hasta 2002. Será recordado como el símbolo de los escándalos de abusos de la iglesia católica.

Nació en 1931 en Torreón, México, y se ordenó como sacerdote en 1961. Pese a los grande escándalos que protagonizó jamás prestó declaración en los tribunales estadounidenses. En 2002, cuando se supo de los casos de abuso abandonó el arzobispado de Boston, uno de los más prestigiosos y poderoso del mundo, que estuvo al frente por 18 años.

El 13 de diciembre del mismo año, asediado por la denuncias, presentó su renuncia ante el papa Juan Pablo II. Bernard Law, definido como “la figura central” del escándalo, encubrió uno a uno los casos de sacerdotes que abusaban de niños sin llegar a informar jamás a la policía ni tomar medidas al respecto para terminar con el grave problema.

El caso sirvió para dar a conocer como el mismo modus operandi se utilizaba en otros países donde durante años había sucedido lo mismo. El escándalo se agravó por la reciente filtración de documentos en donde supuestamente demostraban hasta qué punto Law fue comprensivo con algunos de los principales sacerdotes inculpados.

Pese a lo anterior, el cardenal nunca presentó cargos penales por el encubrimiento. En 2004, se retiró a Roma siempre protegido por Juan Pablo II que lo convirtió en arcipreste de la basílica de Santa Maria Maggiore, cargo que mantuvo hasta 2011, cuando fue sustituido por el cardenal español Santos Abril y Castelló.

Continúo viviendo en la Basílica y siempre mantuvo el cargo de cardenal y su puesto en la Congregación para los Obispos. El 19 de abril de 2005, participó en la elección del papa Benedicto XVI y ejerció como consejero en varias área importantes del Vaticano, causando indignación entre la comunidad de víctimas de los abusos sexuales por parte de la iglesia católica.

En la 88ª edición de los Premios Oscar, el galardón como mejor película de 2016 fue para Spotlight, película basada en la investigación del periódico The Boston Globe, ganadora del premio Pulitzer, que destapó los casos de abusos sexuales de curas en Boston.