Gerardo Yong y Armando Reyes Vigueras

Presentación

Ante un mundo cambiante, tras el colapso de la Unión Soviética luego de la caída del muro de Berlín, Rusia tomó su lugar. No sólo es la vuelta a su sitio como superpotencia rivalizando con Estados Unidos, sino superar la guerra fría en aras de ganar presencia como uno de los mayores vendedores de armas del mundo, uno de los actores políticos más influyentes y, para este año, sede de uno de los eventos deportivos más vistos: el mundial de futbol que organiza cada 4 años la FIFA.

Pero también Rusia está en los espacios informativos a raíz de las acusaciones que ha tenido por sus presunta interferencia en algunos procesos electorales, como fue el caso de Estados Unidos con el triunfo de Donald Trump además de que en otras naciones también se han dado denuncias en dicho sentido.

Así, Rusia estará de moda en el 2018, tanto por el desarrollo del evento deportivo en su tierra, como por las especulaciones acerca de su participación en procesos electorales —como algunos columnistas han alertado en el caso de nuestro país.

Acerca de dicha nación se pueden decir muchas cosas, pero algo es seguro: se trata de uno de los pocos países que pueden rivalizar con Estados Unidos. La supremacía se pelea, ahora, por otros medios, como veremos a continuación.

Rusia, la potencia en penumbras

A un siglo del fin de la Primera Guerra Mundial, que dio como resultado la creación de la Unión Soviética, considerada como el concepto de arquitectura social más grande de la historia, Rusia se consolida como una potencia con nuevos conceptos en términos geopolíticos.

El tipo de conflicto que significó la también llamada Gran Guerra definió para siempre el sistema político del mundo. Hasta ese entonces, Europa era el continente dominante en términos de influencia colonial con Gran Bretaña, Francia y Alemania a la cabeza de las potencias decimonónicas. Rusia aparecía como el espectro más lejano de Occidente, tanto que hasta era considerada más una parte de Asia que de Europa.

La era de las monarquías

A principios del siglo XX, prevalecía el sistema monárquico imperial en diferentes reinados europeos, entre estos el de la reina Victoria en Inglaterra. En Francia, gobernó una coalición izquierdista hasta 1899 con medidas anticlericales y sociales, basadas en los logros de la Revolución francesa. Esto permitió el crecimiento económico y su consecuente expansión territorial.

Bajo el mando del canciller Otto von Bismarck, Alemania se convirtió en potencia mundial, logrando un mercado nacional, la adopción de una moneda como el Marco y un amplio desarrollo en infraestructura y transportes que prácticamente la puso al frente del continente. El imperio Austrohúngaro también destacaba como régimen autocrático extendiendo sus dominios hasta Italia y Prusia en una monarquía dual con Hungría.

En medio de esta situación Rusia entró al siglo XX como la potencia más atrasada de Europa.

Para 1914, todas estas monarquías ya estaban apretujadas y buscaban la manera de crearse espacios vitales. La más cómoda de ellas era Inglaterra que poseía diversos dominios ultramarinos, debido a su gran predominancia naval. Sólo Francia y Alemania lucían como la más problemáticas ante una mutua cercanía amenazante que en 1914 terminó por explotar en la llamada Gran Guerra, creando la primera configuración global.

La Gran Guerra

La Triple Entente, integrada por Inglaterra, Francia, Italia, Rusia y Japón se enfrentó a los estados centrales integrados por Alemania y los Imperios Austrohúngaro y Otomano, el primero en Los Balcanes y el último en Medio Oriente. Para Gunther Meinhold, titular de la Cátedra Alejandro de Humbolt del Colegio de México, el punto de partida de la Primera Guerra Mundial fue el sistema de alianzas mutuas, con las que se crearon grandes poderes a través de monarquías en el continente europeo.

“Con el ataque al sucesor del trono de Austria, se desarrolló un cierto tipo de automatismo que implicó que Alemania fuera a la guerra con cierto espíritu exagerado de patriotismo. Las relaciones entre estas diferentes monarquías dio como enseñanza que regímenes de alianzas muy rígidas no son muy oportunas para salvar y preservar especialmente la paz, Rusia entre ellas”, explicó.

En 1917, los bolcheviques toman el poder en el contexto de la Revolución de Octubre, que significó el fin de régimen zarista y la instauración de un gobierno socialista basado en las ideas de Karl Marx y Fredrerick Engels. Vladimir Ilich Lenin queda entonces como precursor de un país basado en comités concejales al que bautizó como Unión Soviética. Este estado naciente debía fortalecerse y para hacerlo se necesitaba un cuerpo de inteligencia y choque que previniera cualquier inestabilidad política. Es aquí donde surge la Checa, la primera organización de inteligencia política y militar soviética que daría a luz a otras instituciones semejantes como la NKVD, cuyas funciones fueron cruciales para la vigilancia popular durante la Segunda Guerra Mundial, hasta la creación de la KGB en 1953, que se convertiría en el principal aparato de inteligencia no sólo de la Unión Soviética, sino de sus países satélites como Polonia, Armenia y Ucrania.


El comunismo colonizador

Tras la Segunda Guerra Mundial, Moscú inicia una serie de movilizaciones militares para instalar gobiernos afines a su política socialista pasando desde sus repúblicas como Ucrania y Armenia, hasta otros países limítrofes como Polonia Checoslovaquia, Rumania y Bulgaria. Todo con la finalidad de extender su esfera de influencia y apartarlos del Plan Marshall, ofrecido por Estados Unidos para la recuperación de Europa.

Con el mando de Josef Stalin, la URSS impone un bloqueo en Berlín oriental para afectar a sus ex aliados que mantenían ocupada la parte occidental, para muchos expertos es el inicio de la Guerra Fría. Este acontecimiento se registró entre el 24 de junio de 1948 y el 12 de mayo de 1949. Los Aliados optaron por abastecer vía aérea a esa parte de la capital germana. Los alemanes calificaron esta acción como Berliner Luftbrücke o puente aéreo y se inició el 25 de junio de 1948 con el aterrizaje del primer avión de carga C-47 en el aeropuerto Tempelhof, de Berlín.

La dinámica de la disuasión

Tanto los aliados como la Unión Soviética se respetaron en sus acciones, si aquellos penetraban en el territorio del otro, aunque fuera con ayuda escoltada por militares, estarían violando el pacto. Si los soviéticos impedían el aterrizaje de aviones aliados, incurrían en lo mismo. En suma, cualquier alteración o reacción inapropiada hubiera significado el inicio de una nueva guerra directa.

Esta fue la esencia misma de la Guerra Fría que según Miguel García Reyes, catedrático y analista sobre temas rusos no concluyó con una derrota soviética, sino con una confabulación internacional contra Moscú.

“Esta situación de balance y poder entre la Unión Soviética, lo que los especialistas llaman Guerra Fría duró hasta 1991 cuando se disuelve, o mejor dicho, disuelven a la Unión Soviética, en un proceso realizado por un grupo antisoviético integrado por Estados Unidos, Gran Bretaña, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y hasta el Vaticano, que minaron el poder de Moscú y finalmente hacen que el país de la hoz y el martillo caiga el 1 de enero de 1991”, señaló.

La guerra que entonces enfrentó a Estados Unidos y a la extinta Unión Soviética era más bien un tipo de rivalidad que buscaba el predominio mundial a través de todas las esferas posibles de influencia mundial.

Según el doctor en Ciencias Políticas, Thomas Straubhaar, de la Universidad de Hamburgo, ese mismo esquema de confrontación se ha renovado en el panorama mundial, aludiendo a los casos y las rivalidades entre Estados Unidos y Rusia, sobre todo en la periferia de los territorio de éste, como Ucrania, que dio como resultado la anexión de Crimea, algo que molestó a Washington, al grado de responder con sanciones económicas contra el Kremlin.

Según Straubhaar, esta Guerra Fría ha tomado nuevos rumbos. “Podemos ver que, a 70 años de ese conflicto, estamos viendo un regreso del mismo, porque Europa y Rusia están con la misma visión, aunque en un escenario más incierto, donde no se reconocen fácilmente sus intereses ni sus significados”, dijo.

“Para los europeos eso es algo incierto también. Lo que pasa en Ucrania, que estuvo bajo la influencia de la ex Unión Soviética, es la muestra del poder en un tono agresivo de Putin en una zona de Europa del este. Esto es quizás una especie de síntoma de que la Guerra fría esta volviendo de una forma o de otra”, completó.

Para Rosío Vargas, catedrática del Centro de Investigaciones sobre América de Norte, la Unión Soviética entonces y ahora Rusia ha servido a Estados Unidos como parapeto para legitimar sus políticas hegemónicas.

“Creo que la pregunta de si los rusos son enemigos de Estados Unidos, en México deberíamos entenderla. En realidad, Estados Unidos necesita un enemigo externo y tiene una gran utilidad no sólo en términos de utilidad política sino para justificar todo su complejo militar, pues tiene una razón de ser ya que existe un enemigo”, comentó la experta.

“Los rusos significaron un proyecto económico: el socialismo, porque el comunismo realmente nunca existió, este sistema nunca le gustó a Estados Unidos y, por ello, lo consideraban una cuestión amenazante. Rusia, hoy en día, es más bien visto como un competidor, porque ya no es un sistema capitalista”, señaló.

La Rusia actual

Bajo la presidencia de Vladimir Putin, Rusia ha regresado a los primeros lugares del concierto internacional. Revivir la grandeza de su nación a la usanza de Pedro el Grande, es uno de los objetivos que se ha planteado el mandatario que enfrentará unos comicios en 2018 en los que buscará la reelección.

El gigante euroasiático se mantiene como una de las potencias más importantes a escala planetaria, responsable del 25% de las armas que se venden a nivel mundial, además de ser uno de los proveedores de energía para varias regiones del continente europeo, además de mantener su presencia en el espacio mediante su programa de exploración.

Sin duda, una de las acciones para mantenerse en el centro de la atención internacional es la organización de la Copa Mundial de Futbol, la cual se disputará del 14 de junio al 15 de julio del 2018. Es el evento deportivo que reúne a representantes de todo el mundo y que durante un mes atrae la atención del planeta vía transmisiones de televisión, por no hablar de la multimillonaria inversión en publicidad que representa el certamen.

En esta ocasión, la política se ha hecho presente en este ámbito. En marzo de 2017, la portavoz del ministerio de Asuntos María Zajarova, acusaba el intento de occidente de boicotear el evento deportivo.

“Dentro de poco tiempo seremos testigos de una campaña muy activa en este sentido por parte de Occidente. Se darán pasos muy serios contra la celebración y la preparación del evento con el objetivo de boicotearlo”, señaló Zajarova mediante un comunicado.

Pero también Rusia ha estado en las primeras planas por su presunto activismo en Internet con el objetivo de influir en distintos procesos electorales alrededor del mundo.

Hackeando comicios

Una computadora —como sucedió en la campaña demócrata en 2016 en Estados Unidos—, puede ser intervenida desde el exterior para robar la información que tiene en su memoria interna.

Eso fue lo que sucedió con el equipo de John Podesta, jefe de campaña de Hillary Clinton, a quien le enviaron un correo electrónico en el que lo alertaban de un intento de ingreso no autorizado a su cuenta. Pese a que los responsables de los servicios de computo de la campaña lo revisaron dándolo como auténtico, en realidad se trataba de un engaño que permitió, como después lo comprobó el FBI, un ciberataque.

Las pistas llevaron a los investigadores a señalar a hackers rusos, por lo que dicho país —y la administración de Vladimir Putin— han sido puestos en el banquillo de los acusados.

En noviembre pasado, el semanario inglés The Economist reportó que Rusia había intervenido, además de en las elecciones de Estados Unidos, en el referéndum para la salida del Reino Unido de la Unión Europea, así como en los procesos electorales de Francia, Países Bajos y Alemania.

 

Elecciones y la presunta amenaza rusa

Las elecciones en México en 2018, además de ser altamente competitivas, representan la oportunidad de comprobar si lo sucedido en otros países puede pasar aquí. Las acusaciones de una intervención rusa en un proceso electoral que se presenta complejo y con posibilidades de conflicto demuestran que la amenaza está presente.

Siempre! consultó a Octavio Islas Carmona, director del Centro de Altos Estudios en Internet y Sociedad de la Información de la Universidad de los Hemisferios de Ecuador y a Jesús Caudillo, director del portal Política en Línea y colaborador de El Universal en temas de Internet y redes sociales.

Ambos coincidieron en que es probable una intervención foránea para alterar la decisión de los electores, aunque también llamaron la atención acerca de otros riesgos para la votación del año entrante.

Octavio Islas Carmona.

La posible interferencia rusa

La respuesta de Octavio Islas a la pregunta acerca de sí Rusia podría intervenir en las elecciones mexicanas es contundente: “sí, por supuesto”, comentó a Siempre!

En su opinión, “tal recurso forma parte de un extenso repertorio de juego sucio en Internet. No pocos pseudociberestrategas suponen que es más fácil restar votos a los otros que ganarlos para la causa”.

Para Jesús Caudillo, “hay que hacer notar la presencia de las llamadas Fake News, que también es parte de lo que hicieron los rusos. Si tomamos ese ejemplo y lo trasladamos a México se puede decir que es posible que se presente un escenario como el que describimos”, aseguró Jesús Caudillo.

“Esa premisa define el sentido de sus intervenciones. Se valen de todo porque en el periodo destinado al desarrollo de campañas electorales —tiempos de guerra— todo se vale. Por supuesto proliferarán noticias falsas destinadas a desacreditar a determinados candidatos”, completó Octavio Isla.

Lo anterior parte del hecho de que es posible, ahora dada la penetración que este tipo de tecnologías tienen, influir en la decisión del elector.

“En Política en Línea hicimos un estudio que, para el ritmo y avance que tienen estas tecnologías puede ser obsoleto porque es de 2016, en el cual analizamos las 12 campañas que se vivieron en distintos estados y a través de ciertos modelos estadísticos comprobamos que sí hay una relación del comportamiento en redes sociales y el voto final. En la elección de Trump encontramos que las encuestas decían algo y las redes sociales otra cosa”, ejemplificó Jesús Caudillo.

“Sí podría influirse y, considero que particularmente en los indecisos”, señaló Islas Carmona para agregar que “ello dependerá de la creatividad desplegada en sus acciones comunicativas en Internet. Sin embargo, creo que no será el caso. Los frentes parecen dispuestos a apostar una vez más por el trabajo sucio en Internet, la ciberpropaganda negra. Bots, trolls y ciberespionaje, la fórmula desplegada en las campañas en 2012 por la gran pastora de los peñabots, quien recientemente fue incorporada al equipo de Meade. Todo permite suponer que hará exactamente lo mismo”.

Jesús Caudillo.

Ciberelección

Otro rasgo que tendrán los comicios del 2018, se relaciona con la posibilidad de que las redes sociales y las noticias falsas difundidas sean un factor que contribuyan a la decisión del voto, más que los métodos tradicionales.

En dicho sentido, las llamadas Fake News pueden representar un riesgo para el ejercicio del voto.

Para Octavio Islas, “nos debe preocupar todo el juego sucio. Debemos tener muy presente el hecho de que sistemáticamente los operadores que se encuentran al servicio de algunos frentes han recurrido a la propaganda negra y al ciberespionaje. Ellos suponen que todo les resulta permisible. Renunciaron a todo principio ético. Por supuesto lo harán, si lo consideran necesario”.

“Hay empresas, como sucedió en el tema del gasolinazo, en el que se dio una manipulación, se presentó una organización que se responsabilizó de esto, hay compañías y hackers que se encargan de contaminar la conversación, es medianamente sencillo contactarlos y obtener sus servicios, algunos de ellos cobran en Bitcoins, todo puede ser anónimo y desde cualquier parte del mundo pues se puede disfrazar la localización”, añadió Jesús Caudillo.

Según nuestro entrevistado, es sencillo recurrir a este tipo de recursos a través de la misma red.

“¿Cómo se puede hacer? Una es mediante las Fake News, gracias a páginas y grupos que se dedican a publicar noticias falsas sobre ciertos temas y que, curiosamente, no le pegan a ciertos intereses, pero sí a otros. Es una manera de manipular a la gente. Si consideramos la dispersión y alcance de este tipo de recursos, el efecto puede ser brutal”, indicó Caudillo.

Rusia ha sido acusada de contribuir a difundir las llamadas Fake News desde distintas plataformas.

“El deplorable espectáculo del destape de Meade y la reactivación de la cargada, representan la perfecta evidencia del anquilosamiento de una clase política que ha perfilado su ‘estrategia’ de comunicación con la sociedad como si estuviéramos aún instalados en la década de 1970. Suponen que la llamada ‘ley del tianguis’ —gana el que compre más votos— definirá el rumbo de las elecciones. Se equivocan. Efectivamente el uso que los jóvenes den a las redes sociales podría depararles una amarga sorpresa”, añadió Octavio Islas.

Jóvenes y elecciones

Para el también fundador de la revista electrónica Razón y Palabra, Octavio Islas, los jóvenes son un objetivo valioso para los partidos, pero también pueden ser una sorpresa para los candidatos y estrategas de campaña.

“Si la retórica se limita a la sistemática descalificación del adversario, los jóvenes particularmente se apartarán de la zona de confrontación. La clase política no sabe comunicarse con los jóvenes y mucho menos sabe comunicarse con ellos a través de las redes sociales. Los jóvenes no son apáticos. Todo lo contrario. Ellos esperan ser involucrados, desean participar, sumarse a una iniciativa ejemplar –como ocurrió con #Soy132. El candidato que diseñe la estrategia idónea en Internet para efectivamente involucrar a los jóvenes, marcaría la gran diferencia”, explicó nuestro entrevistado.

De acuerdo a los análisis que ha realizado, como parte de su labor académica y como miembro del Sistema Nacional de Investigadores, Islas Carmona explicó que uno de los problemas que se aprecia, con independencia de una posible intervención rusa, es la incapacidad de la clase gobernante para comunicarse.

“La clase política no sabe comunicarse con la sociedad. No busca el diálogo. Busca el voto. El desempeño del gobierno en las redes sociales, tras el terremoto registrado el 19 de septiembre, evidenció su pobre conocimiento de la comunicación a través de redes sociales. En el imaginario de esos difíciles días, impensable recurrir a bots, troll, cibermercenarios, ciberespionaje. En cambio, la sociedad civil exhibió extraordinaria sensibilidad en sus comunicaciones a través de las redes sociales. Fue capaz de hacer todo aquello que debieron realizar las instituciones gubernamentales ante una situación de emergencia”, apuntó.

Pero también llamó la atención al hecho de que “la sociedad civil por supuesto puede sorprendernos. El gobierno y la clase política, en general, no saben comunicarse con la sociedad, y menos a través de las redes sociales. Las redes sociales sirven para dialogar”.

El papel del gobierno

Octavio Islas compartió con Siempre! su preocupación por lo que el propio gobierno mexicano, más que algún actor externo, puede hacer en el marco del proceso electoral, como otro riesgo latente en este tema.

“El gobierno dispone de un amplio presupuesto para controlar a no pocos medios de comunicación y a no pocos periodistas. Más preocupante que las ‘noticias falsas’ resulta la línea editorial comprometida de no pocos medios y de no pocos ‘periodistas’. En las redes sociales, más allá de los obvios intentos para establecer artificiales tendencias de opinión, aún es posible disponer de varios puntos de vista sobre un mismo tema. Por ello un gran número de personas emplea a las redes sociales como su principal medio informativo”, consideró.

Adicionalmente, se lamentó acerca del hecho de que el “perfecto blanco de ese tipo de iniciativas sería Andrés Manuel López Obrador, quien en 2006 fue estigmatizado como ‘un peligro para México’ por Antonio Sola y Juan Ignacio Zavala, el cuñado de Felipe Calderón. Si los otros candidatos no pueden remontar la ventaja de López Obrador, seguramente habrá desesperación. Se intensificarán las descalificaciones, el juego sucio. La consigna es clara: impedir a toda costa que gane estas elecciones”.

Para Jesús Caudillo, “ahora vemos candidatos con apuestas muy altas en redes sociales, como López Obrador soltando tortuguitas en el mar o Ricardo Anaya con una imagen en la que aparece abrazando a su familia, se trata de la nueva manera de los candidatos de comunicarse porque entienden la relevancia y la importancia que tiene esto de cara a la formación de una opinión entre los electores potenciales”.

Para el analista en medios digitales, “el tema del hackeo lo veo preocupante en el momento en que se ofrecen resultados, porque se pierde la certeza. La manipulación constante es peligrosa, porque el elector no se da cuenta, no estamos apelando a los votantes sino a audiencias que quieren ser entretenidas, porque el elector no está comprobando la veracidad de la información que recibe, esto es muy grave porque habla de votantes incapaces de distinguir que es real y que no. El hackeo puede pasar y lo otro está pasando”.

Nydia Egremy.

Un gran jugador geopolítico

Nydia Egremy es internacionalista por la Universidad Nacional Autónoma de México. Ha dedicado gran parte de su tiempo al análisis de diversos conflictos internacionales en diversas cuestiones como seguridad nacional e inteligencia en varios países de Medio Oriente, Europa y América Latina. El tema sobre Rusia y sus implicaciones en el mundo actual es uno de sus preferidos, al grado que la ha convertido en una notable analista sobre ese país. Nydia concedió a Siempre! una entrevista vía correo electrónico en el que nos dio a conocer sus impresiones acerca del gran oso ruso.

¿Qué panorama tienes de la Rusia actual?

El país más extenso del planeta es un gran jugador geopolítico. Ese logro es inédito en la historia de las relaciones internacionales, pues apenas hace 26 años se desintegró lo que era la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas (URSS). En estos años si bien se abandonó el programa económico socialista, el arraigado nacionalismo de su dirigencia política ha alcanzado grandes logros político-económicos:

  • La economía rusa es la mejor en toda su historia, debido que ha usado sus recursos energéticos visión estratégica. Es decir, el gas ruso calienta a una Europa necesitada de energía. Moscú recibe a cambio importantes divisas y gran influencia regional.
  • Por otra parte, Rusia ha apostado a construir con China el Siglo Euroasiático y con esa política recupera la influencia que tuvo en el pasado como URSS, tanto en África, América Latina y el sureste asiático
  • A la vez, la política rusa en Siria ha reafirmado su presencia en Medio Oriente. Moscú ha jugado de forma magistral su diplomacia con Turquía – pese a que Occidente apostaba a que ambos Estados se enemistaran- y, finalmente, mantiene una magnífica relación con Irán. Es decir, el Kremlin juega en las grandes ligas diplomáticas globales.

Algunos expertos internacionales señalan que Rusia está volviendo a una nueva guerra fría, sobre todo, ante la parsimonia de Estados Unidos con un gobierno como el de Trump, a quien no parece interesarle más la hegemonía estadounidense, ¿qué opinión tienes al respecto?

Pese a los maniqueos análisis occidentales, en términos geopolíticos es claro que la Rusia actual no pretende enemistarse con Estados Unidos. En un ejercicio de pragmatismo, el Kremlin sabe que ni puede ni debe competir con la superpotencia militar mundial, que en contraste, sí aspira a mantener la rivalidad con Moscú en esa nueva Guerra Fría. Sin embargo, la dirigencia rusa también está decidida a ser considerada en todos los asuntos internacionales. Así lo han declarado el presidente Vladimir Putin y su canciller, Serguéi Lavrov: “Nada se resolverá sin Rusia”.

Esa posición, choca con el aislacionismo de Donald Trump, quien apenas ayer declaró que Rusia y China siguen siendo adversarios de su país. Sin embargo, más allá de ciertos choques geoestratégicos, no se anticipa en el horizonte una gran confrontación entre ambos Estados. ¿Cuál es tu opinión sobre los eventos que ha realizado a nivel internacional como la Olimpiada de Invierno y el Mundial de Futbol? ¿Qué espera Rusia demostrar con esto?

Como Estado que quiere ser reconocido internacionalmente y como todos los países que han sido anfitriones de esos eventos, Rusia aspira a ser visto como un miembro de la comunidad internacional capaz de realizar eventos deportivos de gran nivel. Mostrar a la Rusia que no enseñan los medios occidentales y exhibir los logros de la población rusa en las últimas décadas, es una tentación que ni analistas ni periodistas pueden rechazar

¿Qué opinión tienes de Vladimir Putin y su estilo de gobierno?

El presidente Putin es un ejemplo claro de un dirigente político que ha asumido el compromiso de desarrollar a su país, tras la devastadora desintegración de la URSS. Recibió un país en quiebra y casi sin ayuda internacional, con serios conflictos internos, Putin logró remontar esas dificultades y proyectar a Rusia como una nación que renace y se reposiciona. El hombre de San Petersburgo ha sido un hábil estratega y ahí están los resultados. Este pragmático ruso es un personaje digno de conocer.

 


 Las preocupaciones del INE

El INE se prepara para proteger sus portales en los comicios del 2018. Las principales preocupaciones se centran en:

  • El portal votoextranjero.mx, en el cual se han inscrito los mexicanos que desean votar desde el extranjero, ha recibido un número inusual de solicitudes de registro provenientes de San Petersburgo, Rusia; una auditoria busca falsos ciudadanos.
  • Un posible ataque al portal y los servicios del PREP, por la posibilidad de alteración de los resultados.
  • Manipular el envío de los resultados de los cómputos distritales.
  • El hackeo de los propios sistemas de cómputo del instituto, para robar información sensible.

El Instituto ha afirmado que se encuentra preparado para anticipar este tipo de eventualidades para garantizar unos comicios transparentes y confiables.

Te puede interesar: 13° Estudio sobre los Hábitos de los Usuarios de Internet en México 2017.