Comenzó el año 2018 entre la incertidumbre, carestía y especulaciones diversas en los mercados como en el ámbito electoral plagado de spots, demagogia y una evidente cantidad de hastío. El círculo vicioso de cada cuesta en el primer mes, no deja de sorprender el incremento en productos básicos que ya es una costumbre inveterada desde siempre, los aspirantes a cargos de elección popular se desgañitan ofreciendo de todo en la cresta de la irrealidad, el modo demagógico resplandece este invierno.

El poder como combustible ya despojado de los matices ideológicos, intentar ganar como sea aunque ello implique mentir o simular estar de acuerdo con los antagónicos de siempre porque si para un rey protestante París bien valía una misa católica, para los que desean la presidencia de México ella bien vale el ridículo.

Este año que recién despuntó puede ofrecer diversos imponderables, no se puede descartar cualquier escenario, se antoja difícil que el PRD en su totalidad vaya a un mitin de Ricardo Anaya para ondear las banderas del sol azteca, o que los añejos miembros de Acción Nacional levanten la mano de sus adversario de la izquierda en esta era del colapso ideológico.

Faltan muchas historias por contarse, ha sorprendido el PRI que es un partido de masas, no obstante ahora recluta candidatos sin militancia en su seno, “ciudadanos”, les llaman, se modificó el estatuto como traje a la medida, ya para la presidencia de la república así como para el gobierno de la Ciudad de México sus aspirantes nunca han sido priistas porque son de extracción burocrática y tecnocrática. El origen del PRI, Plutarco Elías Calles o Lázaro Cárdenas no pasan de ser registros históricos, no más.

Algunos partidos apuestan a la sobrevivencia para no perder el registro, esa ha sido su costumbre por demás nociva como es el caso del Partido del Trabajo o del Partido Verde Ecologista de México, el primero es la rémora de Morena mientras el segundo del PRI, por sí solos no alcanzarían más que migajas o morirían de inanición financiera. El negocio como conducta, aspiración o propósito.

Es incierto el resultado electoral de julio, hasta ahora no hay mayores pronunciamientos en temas trascendentes en la agenda política, más bien se estilan ocurrencias, exabruptos, además de un gran caudal de promesas fáciles. Hay quienes juegan con los vaticinios de personajes del rubro esotérico, así de seria es la política mexicana.

Las encuestas se multiplican y se habrán de acrecentar porque son jugoso negocio aunque en 2012 la mayoría de esas negociaciones quedaron en franco ridículo, dicen que en la guerra y el amor todo se vale aunque estos asuntos no son ni una cosa ni la otra.

José Antonio Meade, Ricardo Anaya y Andrés Manuel López Obrador tendrán que apostar por el mayor número de alianzas con grupos sociales, los que no están en la membresía de sus partidos, aquellos que desconfían con justa razón del circo electoral porque la violencia, corrupción e impunidad no se destierran pese a lo pretencioso de la alternancia que ya se ha registrado. El antiguo régimen parece quedar intacto, cambian sólo nombres porque la situación ha tendido a empeorar de manera progresiva.