El nuevo año, 2018, será muy turbulento en el mundo y en México. Además de la inestabilidad política y de los crecientes riesgos de desastres y para la paz en distintas regiones del mundo, en el contexto latinoamericano habrá elecciones presidenciales en Costa Rica, Paraguay, Colombia, Brasil y desde luego en México. También en 2018 se cumplen 50 años de ese 1968 que se caracterizó por la extrema inestabilidad y por sus crisis en el mundo y en el país.

Un rápido recuento cronológico y geográfico de 1968 nos permite situarnos en la Primavera de Praga, el periodo de relativa liberación política liderado por Alexander Dubceck que duró de enero al 20 de agosto de 1968, cuando ese movimiento fue aplastado por la Unión Soviética con las tropas del Pacto de Varsovia.

En mayo, Francia vivió un movimiento estudiantil contra la sociedad de consumo, el cual fue apoyado por los sindicatos y el Partido Comunista Francés, seguido de una huelga general. El problema fue “resuelto” políticamente por el presidente de Francia, el general Charles de Gaulle, quien un año después tuvo que dejar el poder.

En Estados Unidos las protestas por la guerra de Vietnam recorrían varios campus universitarios. Los eslóganes tanto en Estados Unidos como en Berlín estaban dirigidos contra el capitalismo pero muy particularmente contra la guerra de Vietnam. También hubo protestas en Italia, Polonia y Japón.

En Gran Bretaña, el primer ministro laborista Harold Wilson enfrentaba graves problemas políticos y financieros en el contexto de la desintegración del Imperio Británico y en España gobernaba Francisco Franco con represión, pero tratando de dar la mejor cara posible, en el periodo de la planeación del desarrollo, conducido por los tecnócratas del Opus Dei.

Estado Unidos vivió un año trágico: el 4 de abril fueron asesinados Martin Luther King en Memphis, Tennessee, y el 6 de junio Robert F. Kennedy precandidato demócrata a la presidencia en Los Angeles. En noviembre de ese año, Richard Nixon, el candidato republicano, ganó las elecciones presidenciales.

En el contexto latinoamericano, Argentina era gobernada, es un decir, por el régimen militar encabezado por Juan Carlos Onganía; la dictadura militar brasileña inicia, en ese año, su periodo más represivo. En Perú, el 3 de octubre, las fuerzas armadas, con Juan Velasco Alvarado al frente dan un golpe de Estado para dar inicio a un gobierno supuestamente nacionalista.

En Cuba, Fidel Castro inicia uno de los periodos más irracionales y represivos de su gobierno con la ofensiva para suprimir y confiscar todos los pequeños establecimientos, desaparecer todo tipo de propiedad y crear el “hombre nuevo”.

En México, en el contexto de la guerra fría y de la lucha anticipada por la sucesión presidencial se da el movimiento estudiantil, centrado casi exclusivamente en la Ciudad de México. Esta muestra de inconformidad se da a pesar de vivirse la parte final del desarrollo estabilizador y culmina trágicamente con la represión del 2 de octubre, en Tlatelolco, diez días antes de la inauguración de los Juegos Olímpicos.

Ahora, vamos a tener elecciones presidenciales el 1 de julio, en las que se va a definir en buena medida el futuro del país en el mediano y el largo plazo.

El mundo y México han cambiado profundamente en estos 50 años. En 1968, el planeta tenía casi 3 mil 500 millones de habitantes, al inicio de 2018 llega a poco más de 7 mil 580 millones de personas. México contaba en 1968 con 49 millones de habitantes y en 2018 con 130 millones. La Ciudad de México tenía 6 millones de personas y hoy en día alcanza con toda la zona metropolitana más de 23 millones.

De igual forma, la economía y la sociedad se transformaron profundamente en el mundo, en parte debido al dinámico proceso de innovación científica y tecnológica. El panorama político es también completamente distinto, debido a numerosos factores, entre ellos, el fin de la guerra fría con la caída de la Unión Soviética y del “socialismo real” en Europa del Este, así como el resurgimiento de los fundamentalismos como el islámico. Pero sobre todo en estos 50 años se dio el acelerado proceso de destrucción de la naturaleza causada por el hombre, que pone en entredicho la supervivencia del ser humano.

En las próximas elecciones presidenciales, México tomará decisiones fundamentales sobre su futuro. Estas elecciones se realizarán en un contexto global de complejidades sin precedentes y en un ambiente interno de enorme polarización y encono. Pero por ningún motivo debemos permitir que la división prevalezca sobre la unidad ni que el enfrentamiento se imponga a la vida institucional.