El Gobierno venezolano ha declarado este jueves persona ‘non grata’ al embajador español en Caracas, Jesús Silva Fernández, por las “continuas agresiones y recurrentes actos de injerencia en los asuntos internos de nuestro país, por parte del Gobierno español”, según reza el comunicado que el canciller venezolano, Jorge Arreaza, ha publicado en Twitter.

El Ministerio de Exteriores español, liderado por Alfonso Dastis, ha confirmado la expulsión de Fernández, la cual se podría producir en un plazo de 72 horas. Concretamente, Dastis se ha referido a este asunto en el Foro de Davos y ha advertido que España responderá “con proporcionalidad y reciprocidad a Venezuela”. El ministro no ha descartado la expulsión de España de personal diplomático venezolano, pero ha declinado especificar las medidas. “Yo voy a llevar un informe al Consejo de Ministros, donde plantearé las diversas alternativas.

La expulsión se produce un día después de que Maduro llamará a consultas a su representante diplomático en Madrid, Mario Isea, debido a la “agresión injerencista y colonialista” del Gobierno de España.

En la nota, el Ministerio de Exteriores venezolano ha expresado también “su categórico rechazo” a las declaraciones del presidente Mariano Rajoy del 24 de enero sobre “las medidas restrictivas, contrarias a los más elementales principios del Derecho Internacional, que ha aplicado de manera errática y unilateral la Unión Europea contra altos funcionarios y jefes de poderes públicos venezolanos”.

Además, el Gobierno venezolano ha acusado al español de estar detrás de las sanciones europeas para cumplir las “órdenes” emitidas por Estados Unidos.

En el comunicado, Venezuela considera a España como “uno de los países más desiguales de Europa”. Argumenta esta percepción haciendo referencia a las tasas de desempleo, “las más alarmantes de Europa y del mundo”; a los “sobresueldos a espaldas de la ciudadanía” así como a la “represión policial para secuestrar el derecho a decidir del Pueblo de Catalunya”. Y celebra que los venezolanos “afortunadamente no tienen que sufrir las secuelas” de las políticas de Estado aplicadas por Rajoy ya que “el presidente Nicolás Maduro ha expandido la inversión social”.

Alude a que en Venezuela, “aún en dificultad económica”, están garantizados los derechos a la vivienda, la educación y la salud así como que se han alcanzado “mínimos históricos” de desempleo. Además, advierte de que en Venezuela se han tomado decisiones contra la corrupción “sin reparar en cargos, apellidos o militancia partidista”. Unos aspectos con los que Dastis ha ironizado refiriéndose a la situación de Venezuela como “idílica” y “totalmente contraria” a la que se vive en España. En este sentido, ha retado a que se pregunte a los venezolanos qué país de los dos prefieren.

Arreaza entregó también este miércoles una “contundente” nota de protesta a diplomáticos de la Unión Europea acreditados en el país, y prometió “respuestas” en “distintas dimensiones”, luego de las sanciones del bloque.

Venezuela y España han mantenido relaciones tensas desde que la autodenominada Revolución bolivariana tomó el poder en 1999, sobre todo, durante las gestiones de los presidentes de Gobierno José María Aznar y Mariano Rajoy, ambos del Partido Popular.

Reacciones

Tras conocer la noticia, el PSOE ha valorado que la decisión del Gobierno venezolano “no está justificada”, por lo que ha pedido trabajar con “prudencia e inteligencia” para restituir las relaciones entre ambos países. Por su parte, el secretario de Relaciones Internacionales socialista, Héctor Gómez, también ha hecho hincapié en que “los pueblos español y venezolano son pueblos hermanos” y esos lazos históricos “exigen que sus gobiernos estén a la altura de los ciudadanos y se entiendan”.

Ciudadanos ha registrado varias preguntas escritas dirigidas al Gobierno para saber si va a actuar “de manera similar” a Venezuela y para que explique las consecuencias que este enfrentamiento diplomático pueda tener para los intereses españoles en el país venezolano y una “valoración” de este hecho.

Podemos ha apelado al diálogo para “encaminar” la situación y prefiere no echar “más leña al fuego”. Dice que “lo único que puede mejorar la situación y encaminarla hacia la paz, es el diálogo”.