A dos años de haber sido reaprehendido y a casi un año de ser extraditado a Estados Unidos a una cárcel de Nueva York, Joaquín “El Chapo” Guzmán está perdiendo la memoria y se está volviendo paranoico, informó Eduardo Balarezo, defensa de quien fuera el gran capo mundial.

De acuerdo a declaraciones hechas por el abogado al diario español El País, aunque dice que no está incapacitado afirma que al capo repite mucho las cosas para luego olvidarlas, “hablamos algo y a los 15 minutos se le ha olvidado. Eso afecta a la manera de trabajar porque tenemos un cliente que no sabe decir si paso algo, cómo fue o cuándo pasó”.

Cabe recordar que Guzmán Loera es acusado de dirigir el cártel de Sinaloa, organización dedicada a introducir toneladas de cocaína a Estados Unidos, lavar millones de dólares y de ordenar asesinatos y secuestros.

La clave en este juicio son los testimonios de los antiguos colaboradores de Guzmán Loera, que deberán testificar en contra de “El Chapo” y que se encuentran encarcelados en Estados Unidos; sin embargo, hasta el momento se desconocen los nombres de los vinculados pero se especula que muchos son grandes narcotraficantes, así como políticos colombianos y mexicanos.

Piden posponer juicio

Ante la imposibilidad se revisar los expedientes y videos que existen en contra del El Chapo, además de las condiciones en las que se encuentra, su defensa ha pedido posponer el juicio en su contra y pasarlo al mes de septiembre, “No solo se trata de las condiciones a las que lo tienen a él sometido, sino bajo las que tenemos que trabajar nosotros”.

Explica que a su cliente lo tiene que ver por una reja y una ventanilla. La tablet que utiliza para trabajar la debe de apoyar en las piernas, pues no hay una mesa para poner documentos ni para escribir en la sala de 1.5 por 1.5 en la que se reúnen.

A diferencia de otros casos que ha llevado, como el del narco Alfredo Beltrán Leyva o el chino Zhenli Ye Gon, en éste tiene varias prohibiciones como la de no poder recurrir a ciertas personas para conseguir pruebas o testimonios por lo que dice que la rigidez de los términos en ocasiones roza lo surrealista.

Relata que al acudir sus hijas de seis años a saludarlo, “a mitad de la conversación el capo les dijo: salúdame a tu mamá de mi parte. En ese momento se detuvo la conversación y los guardias le recordaron que tienen prohibido pasar mensajes a nadie en el exterior”.

En el plano personal, Balarezo destaca que Guzmán Loera, quien dice tiene la mirada perdida y está más delgado, desde su extradición a Estados Unidos se encuentra aislado en una habitación con una ducha, un wáter, y una pequeña ventana desde la que apenas puede saber si es de día o de noche.