Javier Vieyra y Jacquelin Ramos
Los tiempos electorales en México llaman a una profunda reflexión sobre y por la sociedad. Con tal panorama, no es casual que los medios de comunicación vuelquen sus reflectores a analizar a los candidatos, sus propuestas y, muy significativamente, el lenguaje y los conceptos que se volverán tendencia y se escucharán cotidianamente durante este periodo. Uno de los mencionados conceptos, tal vez el más polémico de ellos, es el del populismo.
La palabra no es nueva considerando el constante uso que se ha hecho de ella en el mundo de la política a escala internacional y especialmente en México como un término peyorativo. Lo cierto es que se trata de una definición sumamente compleja sobre la que el intelectual Álvaro Vargas Llosa intenta indagar en El estallido del populismo, una obra en la cual diferentes especialistas discurren sobre este fenómeno que cobra vigencia hoy más que nunca. Sobre la importancia de dicha obra y su percepción sobre el populismo en nuestro país y América Latina, Carlos León, politólogo y analista, en entrevista exclusiva para Siempre!, asegura que es un libro necesario vistas las perspectivas de las elecciones de 2018, pues el tema de la obra nuevamente cobra pertinencia e importancia.
No obstante, señala el especialista, se debe puntualizar en principio que el populismo no se asociaba como algo negativo hace algún tiempo, de hecho se consideraba como una virtud para algunos políticos, y que hoy con su transformación se tiene una idea mucho más completa de lo que representa.
“El tema del libro es muy vigente. Concuerdo con la introducción que escribe Vargas Llosa donde se ve que el populismo no se asociaba como algo negativo hace algún tiempo, incluso recordando una reunión que Peña tuvo con Obama y Trudeau en Canadá, Peña Nieto señaló una serie de descalificaciones al populismo y Obama le responde: «Yo soy un populista»”.

Si hay carencias, puede florecer el populismo
Antes de realizar cualquier análisis o reflexión sobre el populismo —dice León— se debe aludir que esta demagogia es solo la punta del iceberg de toda una secuencia de eventos y casos encadenados de este fenómeno en la actualidad; un claro ejemplo es Sudamérica, aunque es paradigmático el caso de Estados Unidos porque no es un país en el cual se haya relacionado la idea precisamente a un carácter negativo del socialismo.
“No puede existir populismo, desde la perspectiva particular, si no hay las condiciones que lo permitan. Y la primera condición de eso son carencias económicas en la sociedad. Es fundamental, si no existen condiciones que sean adversas para la sociedad en materia económica, entonces el populismo no florece”.
El populismo se alimenta de necesidades, advierte el politólogo, llámense económicas, de asistencia pública, de algunos servicios, todo depende del desarrollo que tenga la sociedad, es entonces cuando los populistas se van a aislar en esos vacíos.
“Un ejemplo muy claro en 2013, Paul Krugman, Premio Nobel de Economía, decía: Si no buscamos solución a la crisis económica de 2008, en Estados Unidos, nos va a agarrar el populismo, va a ascender alguien al poder con base en la demagogia, y ¿qué pasó en 2016? Trump llegó a gobernar ese país”.
Considera el analista que es fundamental evaluar las condiciones económicas que tiene la sociedad, y así estimar qué tan propensas son a caer en el populismo, y en ello el libro es claro: en los años en los cuales el populismo ha prosperado, son los años complicados para las economías nacionales, tal es el caso de Cuba, Venezuela, Brasil y Argentina, en donde sus problemas en las economías locales llegaron al limite.
“Es determinante revisar cuáles son las condiciones económicas que se viven en ese instante para poder determinar cómo el populismo va a surgir. Por lo que es claro definir el populismo como consecuencia de las carencias económicas de una sociedad en un determinado momento, y se propicia el ascenso de lideres nefastos”.


Carlos León.
Empatía con el pueblo, característica del populista
Un líder populista tiene que ser una persona que sienta empatía con la sociedad, explica León, y su principal característica se basa en venderse a la gran población, a la gran masa, así como considerarse como una figura que simplemente está recogiendo la voz del pueblo, las demandas que parten de sus necesidades.
“El país cuenta con un líder populista, que es Andrés Manuel López Obrador. Siempre se ha hecho ver como un hombre de pueblo, pues constantemente recalca ser un hombre de campo, y que trabajó en él, que no solo es un “blanquito de ciudad”, “un niño pirrurris”.
Existen otras características que marcan la figura del populista, añade el analista, que dependen mucho del individuo, como el carisma, el habla, si es atractivo a la imagen, si tiene una tendencia hacia ciertos sectores como jóvenes y mujeres.
En el caso de López Obrador es la compatibilidad para transmitir las ideas lo que lo define como un populista, indica el analista, pues es desfasado en sus palabras, sin embargo, logra llegar directamente a sus oyentes, incluso a sus no oyentes, y es ahí que el presidente de Morena se convierte en un caso paradigmático en la política mexicana porque rompe el molde del típico político mexicano y eso a la sociedad le puede agradar.
Agregó que al mexicano le gusta el carisma del candidato, si es guapo o chistoso; busca siempre algo que lo pueda identificar consigo mismo, dice el politólogo, quien expone que algo similar sucedió en 2005, cuando Vicente Fox era el candidato, hablaba chistoso, le hacia bromas a sus contrincantes, iba a misa, comía tamales con los niños de la calle, tenia ciertos elementos que aprovechaba y que sabia que le gustaban a la gente. Todo ello también es parte de la cultura política mexicana: el entender a quién están dirigiendo el mensaje y sobre quién están solicitando el voto, porque al fin y al cabo, el político está buscando el sufragio.
“Siempre hay populismo dentro de los partidos políticos, dentro de la sociedad misma y se enfoca mucho a la parte urbana, la parte rural es más estamentaria, pero podría darse la misma situación”.

José Luis Medina.
Totalmente distinto el populismo mexicano
Los populismos en América Latina y México no son iguales, determina el especialista, porque la cultura política y el sistema político mexicano dista mucho de lo que ha pasado en Sudamérica. Por ejemplo, han tenido procesos muy complicados y muy abruptos en las etapas de su historia: dictaduras militares, golpes de Estado, restauraciones de democracias, el avance más que otros, tal es el caso de Argentina: tuvo dictadura militar en los años setenta, en los ochenta, creció un poco, en los noventa viene la etapa de la crisis, democracia en 2001 y, después, regresamos aquí, a un tema de populismo.
En el caso mexicano, se cuece aparte, afirma el politólogo. Son casos diferentes, las condiciones económicas y los procesos políticos e históricos han sido muy distantes. Pudiesen tener características en común pero no las podemos asemejar, son totalmente distintos, porque en México, se han desarrollado ciertos procesos, intercambios, este país ha tenido una alternancia institucional.
“El escenario, en caso de que gane López Obrador, sería una sacudida tremenda para el sistema político que es de naturaleza muy tradicional, no es que López Obrador traiga una idea diferente del sistema político, pero tiene otra idea de relacionarse con los sectores, y el extranjero también esta mirando que tiene un proyecto claro, entonces creo que esta tratando de quitarse esa imagen del eterno populista,”, concluye Carlos León.

Una serie de TV no define ganadores: José Luis Medina
A finales de octubre de 2017, el rumor de una serie que sería transmitida por Netflix con el tema del populismo y Andrés Manuel López Obrador, causó un intenso debate alrededor del uso de las nuevas plataformas de comunicación con fines políticos en tiempos electorales.
Acerca del controvertido proyecto y el panorama del personaje tabasqueño en los medios, José Luis Medina, periodista y comunicólogo, señaló a Siempre! que por el momento hay que esperar que salga a la luz dicha serie, ya que desde que su anunciante, el columnista del diario El Heraldo de México Carlos Mota difundió la noticia, no se ha concretado nada del material que expondría los riesgos del populismo para México.
¿Y cómo no abordar el tema de populismo en estos momentos?, expresa el titular del canal informativo por YouTube También Opinamos, quien asegura en vísperas de las elecciones electorales de este año que los candidatos a la presidencia, en su afán de ganar simpatizantes, protagonizan mensajes de propaganda política para generar empatía con los estratos medios y bajos de este país latinoamericano, poniendo a la cabeza al líder populista Andrés Manuel López Obrador.
“Esta serie no creo que sea la única que hable sobre el tema y sobre López Obrador, seguramente saldrán varios contenidos políticos de algún candidato para tratar de favorecerlo o para tratar de desprestigiarlo, es parte de la guerra sucia, de la estrategia política de los candidatos para hablar bien de ellos y hablar mal del otro”.
A manera personal, confía el comunicólogo en que salga la serie, ya que demostraría que México es un país que avanza hacia una democracia auténtica, pero con equilibrio y equidad en los contenidos y en los candidatos protagonistas.
“Hay medios que han tomado la figura de López Obrador, como los documentales de Mandoki, una canción de la banda MS, versiones de La Bamba, contenidos que no únicamente se han hecho favoreciéndolo sino también los descalifican”.
Sin embargo, Medina considera, retomando a Umberto Eco, que por sí sola la televisión y los medios tradicionales no contribuyen a formar el pensamiento de una generación y puntualiza que deben considerarse muy seriamente, a diferencia de otros procesos electorales, las plataformas de redes sociales.

No deben de desecharse los comportamientos que, por ejemplo, los jóvenes muestran al momento de utilizar las redes sociales, pues muestran ciertas tendencias en ciertos sectores y también el impacto de las campañas; en ese sentido, es muy curioso notar que existen muchos jóvenes abiertamente priistas y panistas, pero no tantos morenistas; se forma ahí un contrapeso complementario con las encuestas de diferentes orígenes.
En ese sentido, puntualiza el conductor, es congruente que López Obrador se encuentre buscando redimir la imagen desafiante, anárquica y populista que ha arrastrado durante sus años en la política. Así pues, acciones como cantarle Las mañanitas a su esposa expresa que el candidato quiere mostrar un rostro mucho más familiar y sentimental aunado a algunos conceptos como la “república amorosa” que ya había utilizado con anterioridad.
“Aunque ha hecho grandes esfuerzos por conciliar sus enemistades y transformar su imagen a un personaje más conciliador, a López Obrador le pesa sobremanera su radicalismo en algunos aspectos”.
Por último, asegura, ni tendencias de redes, la televisión o las series definen victorias electorales.
“En esta época, el electorado ve más allá de esas expresiones, vota con inteligencia, compleja o instintiva, pero de acuerdo con sus intereses, ningún programa o comentario de medios de comunicación cambia eso”.


