El gasto que se destina a la atención de tan sólo cuatro enfermedades crónico-degenerativas se “comen” 70% del presupuesto IMSS, así como el pago de Régimen de Jubilaciones y Pensiones (RJP), son dos de las principales cargas que debe enfrentar el Instituto para garantizar su existencia en los próximos años.

Las enfermedades cardiovasculares, la diabetes, el cáncer de mama y de colon son cuatro males que amenazan las finanzas del Instituto Mexicano del Seguro Social, pues tratarlas es tan costoso que llega a consumir siete de cada diez pesos de su presupuesto, según la propia institución.

Actualmente, la mayoría de los pacientes con enfermedades crónico-degenerativas son personas mayores de 60 años, población que genera 75% de las consultas en el IMSS.

Requieren de tratamientos más largos y complejos, lo que genera una carga negativa para los pacientes y sus familias como para el instituto y el sistema de salud en general.

El instituto señala que para los cuatro males, se destinan 85 mil millones de pesos y de no apostarle a la prevención, la cifra se podría multiplicar en los próximos años.

Pero no sólo eso, este tipo de pacientes también merma la productividad laboral, relevante para el IMSS debido a que también se absorben los gastos relacionados al pago de incapacidades por discapacidad y muerte que ocasionan.

Pensiones y jubilaciones

En el caso del Régimen de Jubilaciones y Pensiones será hasta 2035 cuando comience a bajar la presión financiera que ahora mismo es de 87 mil millones de pesos y crece a un ritmo anual de 10%.

Por ahora el propio instituto ha garantizado su viabilidad financiera al menos hasta el 2020, gracias a la estrategia de disciplina financiera implementada a partir de esta administración, cuando se encontraba técnicamente en quiebra a grado tal que debió utilizar 22 mil 755 millones de pesos de sus reservas.

Sin embargo, para 2016 el IMSS ya no tuvo que utilizar las reservas del Seguro de Enfermedades y Maternidad e incluso logró generar un superávit de seis mil 400 millones de pesos, lo que se repitió por segundo año consecutivo en el 2017 cuando alcanzó un superávit de ocho mil millones de pesos.

Si bien en este momento el Instituto declara gozar de finanzas sanas y haber pasado de números rojos a negros, lo cierto es que llega a sus 75  años de vida con una deuda de 2.5 billones de pesos por el Régimen de Jubilaciones y Pensiones de ex trabajadores.

De aquí al 2070 deberá erogar 2 billones de pesos para el pago del RJP, aunque en 2035 comenzará a disminuir debido a que se tendrá ya al grueso de personas con el nuevo régimen de retiro.

(Con información de Excélsior)