Hace doce meses, al iniciar el año 2017, cuando Donald John Trump asumió formalmente el poder presidencial en la Unión Americana, muy pronto se personificó como un peligro para el orden mundial en general y para México en particular. Desde que decidió buscar la candidatura republicana en EUA, “eligió”  nuestro país y a los mexicanos (“bad hombres”), como sus blancos preferidos.  El sucesor de Barack Hussein Obama se convirtió en un factor de incertidumbre en si mismo, por su imprevisible personalidad y su disruptivo programa de “gobierno”.

Un año más tarde no hay la menor duda de que el principal factor de riesgo mundial es Donald Trump directamente como acaba de comprobarse con su irresponsabilidad característica al meter la cuchara en los puntos más disputados del planeta, tal y como lo señalan la mayoría de análisis en las previsiones de riesgos económicos y políticos que suelen realizarse al inicio de un nuevo año.

Por lo menos así lo ha clasificado Paul Stares, el destacado investigador del principal think tank estadounidense, el Center for Foreign Relation, al presentar su previsión de riesgos bélicos para el año que comienza: “Estados Unidos de América es ahora mismo el actor más impredecible del mundo actual, y esto está causando una gran inquietud”. Ni más ni menos.

En tales condiciones, no sorprende que Trump haya concitado —dentro y fuera de su país— un elevado número de “enemigos”. Más que nada por su absurda manera de comportarse en todas partes. Hasta sus “amigos” lo repudian. Buena parte de la prensa estadounidense y extranjera lo exhiben al menor pretexto, algo que él mismo provoca. Aparte de que sus dotes intelectuales no son abundantes. Cada día los medios comprueban que su IQ no es precisamente el de un “genio” como dice.

Por ejemplo, el profesor Nuncio Ordine, catedrático de cultura clásica en la Universidad de Calabria, Italia, autor de varios libros, como La inutilidad de lo inútil —un bestseller que defiende a los clásicos como la más actual escuela de vida—, que no tiene porqué denigrar al mentiroso mandatario estadounidense, en reciente entrevista en Madrid, le preguntaron: “¿Qué cree que lee Donald Trump?, a lo que contestó: “Trump no ha leído nada, es un ignorante y se ve inmediatamente en sus discursos. Volvemos a Jorge Luis Borges. En La muralla y los libros describe a un emperador chino que prende fuego a las bibliotecas y construye una muralla. Eso es lo que pasa en Estados Unidos de América”. Ni pintado. Conste que Borges, que tampoco era un dechado de virtudes, murió hace varias décadas, cuando Trump era un bellaco —que presumía de rico— que pocos conocían en EUA.

Así las cosas, no sorprende que cuando menos se lo esperaba Donald Trump aparezca  un libro como Fire and Fury: Inside The Trump White House (Fuego y Furia: dentro de la Casa Blanca de Trump), del debatido periodista Michael Wolff,  autor de por lo menos una docena de títulos, entre los que destaca The Man Who Owns the News: Inside the Secret World of Rupert Murdoch. Broadway Books, 2008. El  nuevo volumen —calificado por los voceros de la presidencia de EUA, como libelo de poca monta— causó gran revuelo en la Unión Americana aun antes de que llegara a las librerías. El éxito fue de tal medida que los editores autorizaron la venta del libro días antes de lo anunciado en las librerías de Nueva York, Washington y toda la costa este de EUA. Las colas para comprarlo recordaron los días de éxito de Harry Potter, aunque sin llegar a las millonarias copias de la saga del joven mago.

Wolff, de 64 años de edad, cuenta con un largo curriculum periodístico en medios como las revistas Vanity Fair, Hollywood Reporter, y el periódico The Guardián. No obstante, sus reportajes han sido discutidos por exageraciones y hasta por incluir citas textuales inventadas. En el caso de Fuego y Furia se sabe que sí tuvo acercamiento con la Casa Blanca, aunque el propio Trump ha desmentido lo publicado y que jamás, dice el mentiroso presidente, concedió una entrevista de tres horas a Wolff.

Se sabe que el periodista tuvo acceso a los círculos presidenciales por la ayuda que recibió del no menos debatido estratega jefe de campaña de Trump, Steve Bannon. Y, a lo largo de 18 meses recabó, por lo menos, 200 testimonios (posibles entrevistas) de personas cercanas al magnate con quien conversó en algún momento, pues anteriormente ya lo había entrevistado para Hollywood Reporter. Incluso, declaró el periodista, dijo que le pidió permiso para escribir este libro. Trump, por su parte, lo ha negado. En este caso, la duda surge porque ambos personajes están tildados de mentirosos.

Una vez que se supo de la inminente aparición del libro en la Casa Blanca los nervios se hicieron evidentes. Aunque ya han aparecido otros títulos en los que Trump sale malparado, en Fire and Fury los entrecomillados se atribuyen a personajes del círculo íntimo de Trump que dan a conocer pormenores vergonzantes de lo que sucede en el Despacho Oval.

Apenas aparecieron algunos párrafos del libro, los abogados de la Casa Blanca  intentaron frenar su puesta en venta que estaba prevista para el martes 9 de enero. Mediante una carta, los defensores del mandatario exigían a la empresa editorial Henry Holt & Company que desistiera de publicar la obra bajo la amenaza de denunciarla por libelo. Fue en vano. Incluso contraproducente, pues se adelantó la venta en las librerías de la costa este, donde fue un éxito. Las largas filas de compradores lo atestiguaron.

Asimismo, en la noche del miércoles 3 de enero, Steve Bannon, el ex estratega en jefe de la campaña de Trump, que fue despedido del cargo en medio de gran escándalo, recibió una carta de otro abogado, Charles Harder,  en la que se le acusaba de “difamación y calumnias” y de violar un acuerdo de no divulgación al declarar al autor de un libro en el que critica al círculo familiar del mandatario. “La acción legal es inminente” y se le exigía al antiguo aliado de Trump cesara con sus reproches. Ante los denuestos del presidente, que aseguró que Bannon había perdido la chaveta, después de salir del cargo, Bannon no resistió el embate presidencial y primero en un programa radiofónico  bajó el tono. Afirmó que “el Presidente era un gran hombre…(y) que nada nunca se entrometerá entre nosotros, el presidente Trump y su agenda”.

El propio Herder pidió a Michael Wolff y a la editorial que “desistan de cualquier publicación, revelación o diseminación” del libro, por considerar que contiene múltiples  declaraciones difamatorias sobre el presidente y su familia. “Estamos investigando numerosos comentarios falsos y sin base que ha hecho usted sobre el señor Trump”, escribió el abogado Herder al periodista.

Lejos de amedrentarse, Henry Holt & Company adelantó la fecha de venta a varios mayoristas debido a la “demanda sin precedentes” que provocó el libro.

Luego en un comunicado, Bannon negó que hubiera criticado al hijo del mandatario llamándolo traidor y anti patriota por haber hablado con personajes rusos durante la campaña de su padre. Como suele hacer cuando se distancia de algunos personajes, Trump reaccionó con ironía a esas palabras: “Ha cambiado de tono bastante rápido”, aseveró.

Aunque el que esto escribe todavía no ha leído completo el libro, los adelantos que hizo la editorial como parte de la campaña de venta permiten hacerse una idea del contenido del volumen. Además, el autor, Michael Wolff escribió un largo artículo en el que cuenta los pormenores de su obra aunque no siempre aclara sus fuentes de información. El libro supone un demoledor retrato interior de la Presidencia de Trump.

Por ejemplo: La victoria (inesperada): “Melania lloraba y Trump, según el testimonio de su hijo mayor, se quedó helado como un fantasma. Acababa de saberlo. Era el próximo presidente de Estados Unidos. No se lo creía. No se lo esperaba. Hasta el último día había dado por segura la derrota. Ese 8 de noviembre, de hecho, su equipo se había concentrado en los cuarteles generales porque consideraba que iban a perder por menos de seis puntos. El propio Trump, en días anteriores, había expresado  su convicción de que haber llegado hasta ahí era ya un triunfo que le abría las puertas de la fama, aunque se le cerrasen las de la Casa Blanca. Pero todo cambió esa noche. Perplejo, Bannon lo vivo transformarse. Primero escéptico, luego horrorizado, y finalmente iluminado. Donald Trump se convirtió en el hombre que merecía ser y era perfectamente capaz de ser, el presidente de Estados Unidos”.

Lo que siguió ya es historia. VALE.