“Las cosas sólo tienen el valor que le damos”, Moliére.

Argentina mantiene una situación económica compleja, con una inflación alrededor de 22% anual para el ejercicio 2017, una de las diez peores a escala mundial, y la segunda peor situada del continente americano, tan sólo por debajo de Venezuela. Esta situación aumentó el costo de los productos, por consiguiente, vulneró la situación financiera y patrimonial de las familias de este país. Otra consecuencia de este retroceso es la caída del valor del peso argentino, que si bien durante la época de la Ley de Convertibilidad del Austral (1992-2002) el valor con el dólar estadounidense se había mantenido en paridad (conocido como uno a uno) hoy una unidad monetaria de la nación argentina equivale únicamente a cinco centavos de la divisa americana.

Esta situación ha provocado el aumento de la carencia de este país sudamericano, que de acuerdo con cifras del Banco Mundial, tres de cada diez argentinos (30.6%) vivían por debajo de la línea de pobreza nacional. También incide en otras características económicas del país, como la disminución en cerca de cuarenta mil millones de dólares en el Producto Interno Bruto (PIB) de 2015 a 2016. Asimismo, el promedio de ingreso por habitante disminuyó a 11 mil 970 dólares anuales en 2016, 800 billetes verdes menos que en 2013, el mejor año en este promedio.

Sin embargo, y ante la espera de resultados oficiales para el ciclo 2017, con porcentajes de inflación de dos dígitos y pérdida del poder adquisitivo la situación es más compleja para la población de Argentina. ¿Por qué se llegó a esta situación? Tal parece que los expertos en economía y administradores públicos de este país no aprenden la lección, ya que las crisis económicas han sido una constante en las últimas décadas, tal como sucedió en 1971 (desaparición del peso como moneda nacional y puesta en marcha de la Ley 18.188), 1983 (nuevo peso argentino), 1985 (entrada del Plan Austral), en 1992 (peso convertible), 2002 (cacerolaza y corralito) o en 2017-2018, con uno de los aumentos de precios más desmedidos de todo el orbe.

La inflación fue provocada por diversas medidas implementadas en la actual administración del Presidente Mauricio Macri, tales como cambio de precio en los servicios públicos, endeudamiento de la economía nacional, crecimiento del PIB relativamente bajo en los últimos años, recorte de subsidios, pérdida de competitividad frente a países de la región, entre otros. Sin embargo, los problemas venían de tiempo atrás, con estancamiento en el dinamismo del desarrollo, un dólar que esta subvaluado con la protección de gobiernos anteriores frente al poder del mercado negro, por lo que había incertidumbre en la verdadera realidad de la situación financiera de esta nación. El actual gobierno ha tratado de generar una mayor vinculación internacional del mercado, a fin de superar los errores monetarios del pasado.

Lamentablemente, la situación de la inflación en Argentina se complicó en los últimos meses, al rebasar las proyecciones del Banco Central y de lo estimado por el propio gobierno. Asimismo, la crisis provocó aumento en impuestos, lo que trajo una mayor recaudación en la Tesorería nacional debido a los incrementos en los precios de hidrocarburos (gasolinas, gas, diesel) y en los peajes, mayor déficit en el gasto público, y lo peor, aumento de la pobreza en la sociedad. Ante esta situación existen propuestas de una reforma tributaria, con un posible aumento al Impuesto al Valor Agregado (IVA) de 21% a 25%¸ de lo cual cuatro quintas partes estaría dirigido a financiar las arcas nacionales y el restante 5% a las finanzas provinciales. En síntesis, la apremiante realidad económica de este país puede llevar a que en 2018 la inflación continúe mayor de dos dígitos, con tasas de desempleo aproximadas de 8%, y si bien se espera que haya mayor control gubernamental, el entorno será difícil para las familias y los trabajadores.

Algunas medidas llevadas a cabo en el gobierno de Macri pueden resolver el problema financiero que atraviesa Argentina, tal como la negociación de la deuda o el cumplimiento de las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional. Estos acercamientos llevaran a una delegación de esta nación a encabezar la presidencia del G-20, lo que lleva a fortalecer las relaciones comerciales al exterior.

Los retos que tiene esta nación sudamericana es superar los daños en el crecimiento de la economía, que mostró porcentajes negativos en 2014 y 2016, así como uno de los peores rendimientos en la producción industrial en todo el mundo en los últimos meses. Además, se debe garantizar el pleno empleo en la población, a fin de que no sólo haya oferta en la cantidad, sino en la calidad que mejore las condiciones patrimoniales en la población, y por consiguiente, aumente el consumo interno y reduzca la posibilidad de caer en la pobreza. La estabilidad gubernamental y los avances que se han conseguido en esta materia pueden marcar la diferencia a fin de que Argentina tenga un mejor porvenir en los próximos años.

El autor es Posdoctorado en Control Parlamentario y Políticas Públicas. Universidad de Alcalá de Henares.