Dos meses antes de ser asesinada, la periodista Miroslava Breach estuvo amenazada por dos importantes cárteles del narcotráfico hasta que finalmente uno de ellos la privó de la vida.

Por un lado, recibió advertencias por revelar la infiltración del narco en la política estatal del grupo de Carlos Arturo Quintana, El 80, quien en ese momento trabajaba para el Cártel de Juárez, y a la vez de Los Salazar, un grupo criminal regional al servicio del Cártel de Sinaloa, según autoridades fue esta última banda la que orquestó el ataque contra la comunicadora.

Luego de la muerte de la periodista se evidenció que altos mandos partidistas estaban al tanto de las amenazas, e incluso colaboraron en exigencias del crimen organizado sobre Miroslava.

De acuerdo a la información publicada por El Universal en la audiencia de vinculación del presunto homicida intelectual de Breach, quien dejó a dos hijos adolescentes en la orfandad, el Ministerio Público llevó ante el juez declaraciones de testigos protegidos que hablaron de cómo ambos grupos criminales la tenían amenazas.

Sobre la participación de políticos, el gobernador Javier Corral dijo que corresponde al juez determinar la responsabilidad de cada personaje mencionado en la investigación.

Miroslava Breach era conocida como una periodista de carácter fuerte y convicciones inamovibles, para muestra, durante una violenta manifestación en Palacio de Gobierno, dejó de lado la cobertura informativa y se apostó en las puertas del inmueble para evitar que vándalos les prendieran fuego.