Los ataques a reuniones de Claudia Sheinbaum, precandidata de Morena a la Jefatura del Gobierno de la Ciudad de México, por parte de empleados de la delegación Coyoacán y la lamentable muerte de la compañera Martha Patricia Reyes Tenorio, son una muestra de la desesperación de los adversarios de Andrés Manuel López Obrador en la capital del país y hasta dónde éstos están dispuestos a llegar para conservar el poder y privilegios. Con el fallecimiento de Martha Patricia Reyes, al PRD nacional y capitalino ya se le ensuciaron las manos de sangre. El gobierno capitalino optó por la simulación y la negligencia. No hubo fincamiento inmediato de responsabilidades y, por lo tanto, estos hechos quedarán impunes.

La Ciudad de México es la capital de la república, sede los poderes federales, epicentro de la vida política, social y cultural de nuestro país. Cuenta con la ciudadanía más consciente y participativa del país. Tiene un electorado plenamente consciente del poder que tiene el voto ciudadano.

La Ciudad de México posee una vocación de izquierda. Cuando el PRD era un auténtico partido de izquierda y opositor, la sociedad capitalina lo apoyó y lo hizo gobierno, ahora que este partido ha perdido su esencia, la mayoría del electorado apoya a quien encarna esos valores y principios de la izquierda. Esta fuerza política es Morena y el proyecto que representa Andrés Manuel López Obrador.

Antes de 1997, cuando el Ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas fue el primer jefe de Gobierno electo, el entonces regente Óscar Espinosa Villareal recurrió a todo tipo de acciones para erosionar el proceso electoral, sabían que iban a perder la elección. No le resultó, como ahora no le resultará al PRD esta táctica de provocación y sabotaje. El PRD ya perdió la ciudad y su nueva alianza con el PAN y MC es la puntilla de su descrédito ante una ciudadanía que le había sido enormemente leal.

La vocación de izquierda de la Ciudad de México, la degradación del PRD y las personalidades en torno a López Obrador y Morena son tres de las variables principales que explican por qué la capital del país es uno de los principales bastiones morenistas y explican las acciones desesperadas a las que está recurriendo este degradado PRD. No podemos permitir que las elecciones en la capital se erosionen con acciones como las registradas en Coyoacán hace unos días.

Es indispensable que las elecciones federales y locales de este año se realicen en un contexto de normalidad democrática, para que la ciudadanía pueda ejercer libremente su voto y de esta manera elegir a los titulares de los poderes federales y locales. Si bien, todos debemos contribuir a este propósito, rechazamos contundentemente la simulación o el cinismo. Por ejemplo, decir por una parte que se está por firmar un acuerdo de civilidad y, por la otra, dejar que diversos grupos actúen a sus anchas. Lo que debe hacerse es cumplir la ley y terminar con la impunidad.

El 2017 pasó a la historia como el año más violento del que se tengan registro. Debemos desterrar cualquier pretensión de violencia en las elecciones de este año. No olvidemos que el comportamiento de grupos como los que atacaron las reuniones de la precandidata de Morena no fueron circunstanciales y que existe la intención de personas y grupos con llevar el proceso electoral por ese sendero. No sería la primera ocasión en que busque instalarse un escenario del miedo y la confrontación. Esas estrategias ya se han intentado poner en práctica en varias ocasiones en procesos electorales. Su objetivo es claro: intimidar y erosionar el proceso. Escenarios y provocaciones similares pueden presentarse en diversas entidades de la república y de las ciudades. Quieren intimidar y provocar. Piensan que la implantación de un escenario de violencia los favorecerá en sus pretensiones de permanecer en el poder. Ese no es nuestro escenario, nuestro escenario es la convocatoria masiva y pacífica a una insurrección social por el cambio. Si bien no caeremos en sus trampas, Morena no renunciará, ni en la Ciudad de México ni en ninguna entidad, al derecho de hablar con la ciudadanía y a recorrer cada una de las delegaciones y municipios del país.

Nuestro México merece unas elecciones pacíficas. No permitamos que se instale la idea, provocada por algunos, que serán unas elecciones violentas. Exijamos la actuación de las autoridades, paremos de tajo estas pretensiones que dañan nuestra democracia y nuestra convivencia social. Ante los hechos de la Ciudad de México, el jefe de Gobierno ya evidenció que no actuará en contra de estas agresiones. Ante la pasividad de las autoridades capitalinas, hacemos un enérgico llamado a todas las autoridades electorales a que hagan valer la ley y a los actuales titulares de los poderes públicos a que se serenen y actúen con responsabilidad. Que sus ansias de conservar el poder no se conviertan en auténticos actos de desesperación que dañen a nuestro país y a la democracia.

@MBarbosaMX