En Los Pinos y en el PRI están plenamente conscientes de la batalla electoral que culminará en las urnas el próximo domingo 1 de julio. Hay muchísimo en juego y cualquier movimiento en falso o cualquier duda podrían derivar en quedar marginados de cara al sexenio 2018-2024. Por eso, los más recientes cambios en el gabinete del presidente Enrique Peña Nieto, a mediados de semana e incluso los movimientos que se registraron al interior del equipo de colaboradores del precandidato presidencial priista, José Antonio Meade Kuribreña, deben ser interpretados como una serie de desplazamientos estratégicos que reconfiguran el tablero político-electoral de cara a la elección presidencial.
Vale de mucho darle la lectura adecuada a esta serie de ajustes, principalmente a aquellos que van encaminados a apuntalar la estructura primaria del gabinete presidencial de aquí hasta que concluya la gestión de Peña Nieto, pues a partir de hoy cada estrategia desplegada llevará implícita una causa y un efecto.
El primer movimiento, y que viene a ser el movimiento más significativo, la salida de Miguel Osorio Chong de la Secretaría de Gobernación y la llegada de Alfonso Navarrete Prida, procedente de la Secretaría del Trabajo, enfatiza la intención gubernamental que se asoma en Los Pinos y que se empata con el plan trazado desde el PRI para empujar la candidatura de Meade Kuribreña, por lo que una vez concretadas las circunstancias que delinearán la campaña del ahora exsecretario de Relaciones Exteriores y de Hacienda veremos a una importante cantidad de hombres y nombres que desde sus respectivas trincheras operarán para que llegue a la elección como el aspirante mejor posicionado de todos.
Ahora bien, también vale la pena estudiar y analizar a fondo a aquellos que además de Navarrete Prida se mueven de sus respectivos despachos para ir a ocupar otras posiciones, pues también podemos interpretar el quehacer político de los involucrados como un activo preponderante que podrá ser utilizado para operar a favor de Meade Kuribreña y el resto de los aspirantes priistas al resto de posiciones que estarán en disputa en las urnas el próximo 1 de julio.
Así las cosas, el movimiento de Roberto Campa Cifrián hacia la titularidad de la Secretaría del Trabajo también se asoma como una acción preponderante que habrá de redituar en una interesante fortaleza que habrá de redituarle interesantes dividendos tanto a la dependencia como al PRI. Definitivamente.
Asimismo, la promoción de Eviel Pérez Magaña para ocupar la titularidad de la Secretaría de Desarrollo Social se antoja como una muy buena decisión concretada desde Los Pinos.
¡Éxito!
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