Daniel Ávila Ruiz*

El pepino de mar es una especie de equinodermo -como las estrellas de mar- que vive en el fondo de los océanos. Estos animales están presentes en costas de todo el mundo, pero en especial las que están cerca de arrecifes coralinos. En México, las playas que se encuentran en la península de Yucatán son un sitio idóneo para el desarrollo de esta especie.

Dichos especímenes han sido noticia en los últimos años debido a la pesca ilegal que los ha puesto en riesgo de extinción. Pese a que su explotación está autorizada fuera de la temporada de veda, las acciones de los pescadores furtivos han generado venta no autorizada e incluso actos de violencia por parte de quienes quieren comerciar estos animales. Cabe destacar que entre los principales países consumidores destacan China, España, Francia, Malasia, Japón, Filipinas, Perú, entre otros.

Parte de la demanda del pepino de mar radica en las creencias de que poseen propiedades afrodisiacas, otros creen que son curativos para el cáncer y la artritis, pese a no tener una comprobación científica de tales propiedades. También es utilizado en gastronomía para la elaboración de sopas, sushi, arroces, entre otros platillos.

Parte de la importancia económica de esta especie tiene que ver con su escasez en diferentes regiones de Asia, por lo que su precio se elevó en el mercado internacional hasta cotizarse como un alimento de lujo. Por ello, comenzó a sobre explotarse en zonas marítimas de América, en especial los litorales del Océano Pacífico y del Mar Caribe, lo que representa una amenaza para México, en especial, al estado de Yucatán, ya que alrededor de 96% de la producción nacional del pepino de mar se extrae de costas de esta entidad federativa.

Si bien el consumo del pepino de mar puede ser una moda, la abundancia de la especie en los mares del sureste mexicano ha propiciado una mayor captura. De hecho, los pescadores en ocasiones arriesgan su vida a fin de acumular cierto volumen que les permita su comercialización y con ello llevar ingresos a sus hogares. Sin embargo, los trabajadores del mar sólo reciben una parte del total de ganancias.

A fin de preservar el pepino de mar y generar una pesca sustentable en beneficio de la ecología y del ingreso de las personas que se dedican a dichas actividades, alrededor de mil quinientas personas, desde el Senado de la República se han realizado esfuerzos para combatir la captura ilegal de estos equinodermos. Se han propuesto penas más severas a quienes no respeten la temporada de veda. Asimismo, hay que poner énfasis en el peligro derivado en actos de saqueo, robo a pescadores y violencia derivada que, lamentablemente, ha sucedido en las playas de nuestro país, por lo que es necesario acabar con el mercado negro de todas las especies de importancia comercial, procedentes de aguas dulces y saladas.

Estas acciones podrían hacer una gran diferencia en el comercio internacional a fin de que los importadores se beneficien con un producto de calidad y que beneficie a toda una cadena de producción. También es necesario un cuidado permanente que permita garantizar la subsistencia de este alimento por muchas décadas.

Además, esta actividad es una oportunidad para intercambiar tradiciones y culturas entre pueblos situados en diferentes partes del mundo, pero tiene que hacerse mediante la implementación adecuada de políticas de pesca sostenible. En ese sentido, la explotación adecuada del pepino de mar puede generar lazos de integración entre los países del sudeste asiático y México. Hago votos porque así sea.

*SECRETARIO DE LA COMISIÓN DE RELACIONES EXTERIORES ASIA-PACÍFICO

TWITTER: @danielavilamx