“Constituye una aportación invaluable para el análisis del trabajo de uno de los creadores escénicos más importantes de México de la segunda mitad del siglo XX, cuyo arte no se ha dado a conocer suficientemente más allá de nuestras fronteras y es tierra ignota para las nuevas generaciones”, asevera María Teresa Paulín, autora del proyecto El teatro depurado y sin concesiones de Ludwik Margules, libro que muestra a grandes rasgos la trayectoria de Ludwik Margules (Polonia, 1933 – México, 1957), considerado uno de los directores más brillantes del panorama teatral mexicano.

Un recorrido por el mundo transgresor de Ludwik a través de ocho montajes, es lo que propone la doctora por la Universidad Sorbona de París, a fin de detectar ciertas temáticas recurrentes u obsesiones del explorador incansable de los medios escénicos que le permitieron, a su decir, “ladrar desde el escenario”.

“Estas ocho obras de alguna forma también muestran la articulación de todo el pensamiento de Margules con un discurso estético muy concreto”, refiere Paulín para el diario Excélsior, sobre el libro que se presentará el próximo 26 de enero en la aula Magna José Vasconcelos, del Centro Nacional de las Artes con la participación de Lydia Margules, hija del director.

La obra, editada por Paso de Gato con el apoyo del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca) y del Programa de apoyo a la docencia, investigación y difusión de la artes (PADID), tal y como refiere su autora, abarca los antecedentes del teatro mexicano antes de la llegada  de Margules, y avanza hacia sus herramientas en la puesta en escena, cómo dirigía a los actores y los ensayos generales tan importantes para él desde la década de los 60 hasta los primeros años de la década que arrancó en el 2000.

Recordó que la llegada del director polaco a México, fue después de huir de la Segunda Guerra Mundial, por lo que su obra se transformó en un diálogo consigo mismo para tratar de comprender a la humanidad y los comportamientos y las decisiones que tomo él mismo: “buscaba en el misterio, en los espacios desconocidos que era lo que le intrigaban para conocer al hombre a partir de estas exploraciones”, apunta la también actriz, directora e investigadora de teatro.

Como un profundo conocedor del lenguaje escénico; maestro preocupado por la formación del actor; director siempre en busca de la perfección teatral, e intelectual riguroso y sensible, describe Paulín a Margules quien, asegura, fue un productor que no le interesaba que los actores hicieran lo que sabían, sino “lo que no para entrar a ese espacio de misterio”.

Añadió que este volumen es una forma de rescatar el legado tan extenso que dejó Margules, y que poco se sabe de él en el interior del país, pues asegura, es importante sacar a la luz su metodología de trabajo, así como entender que construyó una estética compleja y depurada dentro del teatro no sólo mexicano, sino además Latinoamericano.