En seis años, las autoridades periciales han hallado más 343 fosas clandestinas en el estado de Veracruz. Allí enterrados sin nombre y con marcas de la inmutable violencia, han sido encontrados 225 cuerpos. Solo 111 personas han sido identificadas por sus familiares, informó al Congreso de la entidad, el fiscal Jorge Winckler Ortiz.

En Veracruz, más de mil personas se han hecho pruebas de ADN con la  esperanza de que alguna autoridades les dé información sobre sus conocidos ausentes, reporta el diario El País.

El colectivo Solecito, junto a otros como Buscando a nuestros desaparecidos, han auxiliado a destapar un escándalo que los gobiernos locales se empeñaban en minimizar. 30 de los 111 cuerpos identificados han sido hallados en la fosa Colina de Santa Fe, uno de los cementerios clandestinos más grandes del país. De este vertedero de cuerpos, cercano a la cuidad de Veracruz, se ha extraído 287 cráneos, 15 de ellos entregados a sus familiares.

En marzo de 2017, marinos y policías estatales hallaron otros 47 cráneos en el paraje conocido como Arbolillo, en el municipio de Alvarado. En la zona se encontraron también jirones de ropa rota y desgastada. Los peritos también encontraron 142 restos de huesos que fueron triturados por los victimarios para dificultar el trabajo de las  autoridades. Otras 15 víctimas fueron identificadas por sus familiares. Solo en estos dos macabros yacimientos han sido recuperados 334 cráneos.

De acuerdo a la información publicada por El País, las 343 fosas están distribuidas en 102 sitios a lo largo de 44 municipios veracruzanos. El Estado, que tiene 212 municipios, tiene una superficie similar a la de Irlanda o Panamá. El municipio de Veracruz, la ciudad más grande de la entidad, registra 173 fosas. Las localidades de Agua Dulce, Pueblo Viejo (Misantla), Tres Valles y Alvarado tienen 16 fosas cada una.

El fiscal Winckler ha tenido que “torear” un repunte de homicidios desde su llegada al cargo, en diciembre de 2016. Al inicio de 2014, la entidad registró 27 homicidios y tenía una tasa de 3.9 asesinatos por cada 100 mil habitantes. Se pensaba que lo peor había pasado después de las sangrientas disputas  entre los cárteles de Los Zetas y el del Golfo, quienes luchaban por controlar el territorio en los gobiernos priistas de Fidel Herrera y Javier Duarte, quien está hoy en prisión a la espera de un juicio por lavado de dinero y delincuencia organizada. Sin embargo, 2017 concluyó con una tasa de 20.7  asesinatos por cada 100 mil habitantes (146 homicidios). El mes más sangriento se dio en agosto de 2016, cuando fueron contabilizados 229 asesinatos (tasa de 32.8).

La comparecencia ante el Congreso de Veracruz, el 29 de enero, de Jorge Winckler Ortiz estuvo marcada por voces críticas a su gestión. Algunos colectivos de búsqueda se quejaron del trato “déspota” que han recibido. Sin embargo, el funcionario se defendió diciendo que acordó más de 2 mil 400 diligencias después de sostener 690 reuniones con los familiares de los desaparecidos. En el torrente de cifras manejadas por el fiscal no debe olvidarse que Veracruz tiene más fosas clandestinas que municipios.

(Con información de El País)