En su libro el Arte de negociar, el actual mandatario estadounidense señala que, cuando se es atacado por alguien, uno debe devolverle el golpe diez veces más para, al menos, sentirse mejor. Este jueves, el mandatario estadounidense pasó a la ofensiva en las acusaciones que le hace el FBI de estar coludido con el Kremlin para ganar la presidencia y señaló a la institución de seguridad por espiar su campaña.

La medida ya causó un revuelo en todo el sector político, pues ha puesto en ascuas ni más ni menos que a la institución consentida en materia de investigación en seguridad. De entrada, el FBI cuestionó el memorando confidencial, redactado por Devin Nunes, presidente de la comisión de Inteligencia de la Cámara de Representantes y cercano al presidente. El documento goza además del apoyo de los republicanos que tienen la mayoría en el Congreso, quien ya aprobaron su publicación.

El FBI se opone a ello y considera que hacerlo podría afectar operaciones de contrainteligencia de Estados Unidos, ya que contiene información altamente clasificada. Ante ello, señaló que pone en duda la “exactitud” de la información presentada en el documento de cuatro páginas y hasta se ha llegado a pensar en que ha sido cambiada sin haberlo reportado antes.

“Como lo expresamos durante nuestra revisión inicial, tenemos serias preocupaciones sobre omisiones de hechos materiales que afectan fundamentalmente a la exactitud de la nota”, dijo el FBI, dejando entrever su preocupación por no haber podido revisar el informe a fondo antes de que se votara su publicación. “Como lo expresamos durante nuestra revisión inicial, tenemos serias preocupaciones sobre omisiones de hechos materiales que afectan fundamentalmente a la exactitud de la nota”, dijo el FBI, lamentando no haber podido revisar el informe a fondo antes de que se votara su publicación.

Por su parte, Adam Schiff, el demócrata de mayor rango en la comisión de Inteligencia, afirmó en una carta abierta a Nunes, que se hicieron cambios “sustanciales” al memorando, sin el conocimiento ni la aprobación de los miembros de la comisión, antes de mandarlo a la Casa Blanca. Schiff pidió que se retire el documento actual y se celebre una nueva votación la próxima semana.

El informe tiene en ascuas a Washington, en momentos en que el fiscal especial Robert Mueller, que investiga la posible interferencia de Rusia en los comicios de 2016 para favorecer a Trump, busca interrogar al presidente.