Una francesa joven y guapa, una banda de secuestradores y una condena que enfrento a dos países, es parte de la historia de Una novela criminal, obra con la que el escritor mexicano Jorge Volpi (1968) se convierte en el XXI Premio Alfaguara; a decir del jurado, presidido por Fernando Savater, es “una novela que rompe con todas las convenciones del género, el autor coloca al lector y a la realidad frente a frente, sin intermediarios. En esta historia, el narrador es tan solo el ojo que se pasea sobre los hechos y los ordena”.

Esta novela sin ficción, como la define su propio autor, ofrece todos los elementos posibles para que los lectores se hagan un juicio doble sobre la responsabilidad o no de la francesa Florence Cassez y de su entonces novio, Israel Vallarta, acusados de secuestro en 2005.

“Es difícil tener una verdad absoluta, saber exactamente qué fue lo que pasó el 8 y el 9 de diciembre de 2005, tenemos testimonios muy contradictorios más el montaje, o la escenificación ajena a la realidad, respecto a lo que ocurrió, que nos impide saber incluso qué pasó ese día y eso contamina todo el proceso”, aseveró el también coordinador de difusión cultural de la UNAM, durante una conferencia de prensa, horas después de anunciarse su nombre como el Premio Alfaguara 2018.

Añadió que es un caso que sigue siendo complejo y contradictorio desde diferentes ámbitos, que va desde la opinión publica hasta todo el sistema de justicia en nuestro país; no obstante, Volpi asegura, esta narración ofrece una línea de investigación que pueda ayudar a que se conozca la verdad.

Señaló que a diferencia de Capote con A sangre fría, o Mailer con La canción del verdugo, novelas que se adentra también a la novela sin ficción, “sus historias confían en sus sistemas judiciales”. Sin embargo, en el caso de su novela, el mexicano confirma que su “gran desafío” sigue siendo, justamente, que no puede creer nada del suyo.

“Uno de los problemas aquí es que es imposible confiar en el sistema de justicia mexicano”, determinó el también autor de novelas como La paz de los sepulcros, El temperamento melancólico, así como Oscuro bosque oscuro y Memorial del engaño.

Jorge Volpi, quien recibirá por este reconocimiento 175 mil dólares –parte será donada a una asociación para mejora del sistema de justicia mexicano, según lo informó Volpi-, y una escultura de Martín Chirino, en su carrera literaria y sus intervenciones públicas, ha mostrado un gran interés por la política y por el mundo de la ciencia y sus implicaciones. Se le considera miembro de la “generación del crack” (autoproclamada heredera de la sensibilidad de la “generación del boom), junto con Ignacio Padilla, Eloy Urroz, Pedro Ángel Palou, Ricardo Chávez Castañeda y Vicente Herrasti.