Jacquelin Ramos y Javier Vieyra

El año electoral mexicano de 2018 abrirá la puerta a un incesante debate en que candidatos, partidos y proyectos se contrastarán en aras de lograr el voto ciudadano. En las esferas políticas, académicas y civiles serán innumerables los temas y problemáticas que saldrán a discusión entre intereses, puntos de vista, objetivos y soluciones. A pesar de que los ámbitos económicos y de seguridad tienden a tener una congruente relevancia en estos tiempos, no debemos dejar atrás aspectos tan trascendentales como el cultural.

Poseedor de un extraordinario potencial que en mucho podría resultar benéfico en innumerables factores nacionales, el sector cultural mexicano se encuentra también en una encrucijada frente al próximo relevo del Poder Ejecutivo; por ello, un notable grupo de intelectuales coordinados por Eduardo Cruz Vázquez ha plasmado en ¡Es la reforma cultural, presidente! Propuestas para el sexenio 2018 -2024,  una visión multidisciplinaria de propuestas que busca colocar los retos y pendientes de este rubro en la agenda de prioridades del próximo gobierno.

“La reforma cultural está al mismo nivel y con la misma importancia de cómo se han planteado otras reformas estructurales en este país. Dicho en forma más económica y reciente, se han realizado reformas en telecomunicaciones, energética, educativa, fiscal… pues también hay necesidad de una reforma cultural que, sin duda, es una de las grandes reformas pospuestas”, asevera en entrevista exclusiva para Siempre!, Cruz Vázquez, defensor persistente de la idea de ver la cultura como un detonador de divisas.

La idea de realizar el libro, asegura el promotor cultural, nace a través del Grupo de Reflexión sobre Economía y Cultura, cuyo acrónimo es Grecu, formado en la Unidad Xochimilco de la Universidad Autónoma Metropolitana en 2009; dicho grupo, desde entonces, ha trabajado en fomentar y difundir la importancia que tiene la cultura en el desarrollo económico.

“A largo de todo este tiempo, hemos realizado una gran cantidad de actividades a favor de la cultura, y es exactamente ahí donde se gesta la idea de hacer un libro dedicado exclusivamente para alimentar con propuestas el proceso electoral de 2018”.

Eduardo Matos Moctezuma.

Hace más de un año, recuerda, se propuso a través de un consenso por Grecu solicitar a un grupo de intelectuales escribir de acuerdo con cada una de sus especialidades y particularidades de trabajo, un texto breve, que fuera un contenedor de propuestas y análisis, pero sobre todo de idealizaciones de lo que se debe plantear en un futuro al presidente de la república.

“Lo que pretendíamos era crear textos que tuvieran la bondad de ser asimilados y adoptados en su lectura por todos aquellos que van tras un puesto de elección popular, ya sea un aspirante a diputado, a senador, aspirantes al gobierno de la Ciudad de México, asambleístas”.

El resultado fueron 37 textos que representan 39 grandes autores, asegura Cruz  Vázquez, que aglutinadas en más de 300 paginas no solo se sintetizan, sino además se puntualizan, todos los grandes cambios que este sector cultural requiere y demanda.

Agregó que con ello se desea encontrar mejores condiciones para el desarrollo cultural, en el que participan el sector privado, organizaciones civiles, la filantropía y las fundaciones. Asimismo, otras organizaciones e instituciones que reciben ayuda del gasto público, entre las que se encuentran las universidades e instituciones del gobierno federal encabezadas por la Secretaría de Cultura, entre otras.

“La gente llega a pensar que el sector cultural es estrictamente lo que hace el gobierno, y esto es una visión que permanece de alguna forma en nuestra sociedad. Sin embargo, el sector cultural en realidad tiene muchos años de existir en nuestro país y de estar caracterizado, sobre todo, a partir del año 2014 en el que fue creada la Secretaria de Cultura. Por ello, urgía poner en la mesa estas visiones, para que se entienda que el sector cultural forma parte dinámica del desarrollo del país”.

Eduardo Cruz Vázquez.

Con claroscuros, la Secretaría de Cultura

Durante esta administración federal que está por cumplir el presidente Enrique Peña Nieto, hubo de alguna manera un cierto balance en el sector cultural, acepta Cruz Vázquez, a través de las dos aportaciones que se han realizado: la primera, el paso de Conaculta a convertirse en una Secretaría de Cultura; la segunda, impulsar y sacar adelante la Ley General de  Cultura y Derechos Culturales. Sin embargo, a pesar de estas dos vertientes positivas, existen muchos pendientes por hacer en el sector, apuntó.

Entre los pendientes centrales, dice Cruz Vázquez, está convertir la Secretaría de Cultura en una verdadera secretaría, ya que actualmente contiene una fuerte estructura que proviene del Conaculta, por lo que continua en “una transición inacabada”, a decir del especialista, para muchos de sus observadores y críticos sigue funcionando como Conaculta, no hay realmente una consideración importante que nos haga sentir que el peso de la Secretaria está dentro de la estructura de la administración pública federal o dentro del gabinete, y un ejemplo muy claro de esta ausencia de peso y relevancia es la función marginal de la Secretaría de Cultura en las negociaciones del Tratado de Libre y Comercio.

“El tema de la ausencia de la cultura en el TLC obedece justamente a que desde la Secretaría de Economía no ven el sector cultural como un sector importante en la parte productiva, en  tanto no tiene por qué ser objeto, ni de políticas desde el interior hasta el exterior, por lo que no hay una noción clara de articulación de política económica para la cultura desde el ámbito de la política económica nacional”.

El otro gran pendiente, agregó, es que la Ley General de Cultura y Derechos Culturales es una ley acotada, limitada, “fue una ley hecha para salir del paso”, ya que no resuelve los grandes desafíos que se plantean en el desarrollo cultural, pues “es una ley que conviene al interés, y relativo por considerar, de la Secretaría o de los estados y municipios, pero no corresponde y no representa el interés general de todos los que participan en la vida cultural del país”.

 

Sin visión partidista

El libro entonces, dice Cruz Vázquez, ofrece en cada texto una serie de diagnósticos, presentados de manera breve, sobre temas tan diversos como la política cultural, el presupuesto, las culturas populares, la diplomacia, el patrimonio, la música, la ciencia, las artes plásticas, la participación ciudadana, las instituciones, la tecnología, en fin, con propuestas para “mantener, conservar, innovar nuestras culturas nacionales como país multicultural”.

Tenemos en ¡Es la reforma cultural, presidente!, expresa Cruz Vázquez, reflexiones, por ejemplo, del antropólogo Néstor García Canclini sobre políticas culturales; las del arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma sobre el patrimonio mexicano, que a manera de receta de cocina, propone entre otras cosas una revisión a la Ley sobre Monumentos de 1972. Las de Carlos Anaya, actual presidente de la Caniem, sobre la industria editorial, o las de Marta Turok y Juan Carlos Reyes, antropóloga e historiador, sobre culturas populares e indígenas, así como las del flautista Horacio Franco, quien asegura en su texto que es necesaria una educación artística obligatoria desde preescolar hasta preparatoria, pues está demostrado que el arte sensibiliza y agudiza la inteligencia de todo ser humano.

Mencionó que han identificado cinco etapas fundamentales en su labor de difusión acerca de esta coyuntura que inició con la edición de este libro. La segunda se refiere a la realización del ciclo Ventiladero compuesto por siete mesas de debate, la tercera a desarrollarse durante los tres meses de campaña previos a las elecciones de autoridades locales y federales.

Una cuarta etapa la ubicaron con el anuncio del candidato ganador a la presidencia hasta la toma de posesión de su cargo el 1 de octubre de 2018. La última y quinta fase se refiere al siguiente ciclo que culminará en 2019 con la publicación del Plan Nacional de Desarrollo y el Programa Sectorial de Cultura.

“Aclaro, no hay una visión partidista en la cual quisiéramos casarnos con algún candidato. Solo deseamos que los futuros funcionarios conozcan esta serie de propuestas, reflexiones por parte de especialistas, para los dos sexenios que vienen, porque creemos que es el momento adecuado de ver la cultura como parte fundamental del desarrollo del país”, concluye Eduardo Cruz Vázquez.