¿Qué estamos buscando todos? ¿Felicidad? Ya sabemos que esta no es duradera. Distracción, tal vez… Distracción respecto a las feas verdades: que hay una muerte, que la enfermedad, que la impotencia y la senilidad…

David Lodge

Los partidos políticos y sus candidatos se encuentran totalmente inmersos en sus actividades de precampaña. Las estrategias que diseñan, sus cuartos de guerra son las que rigen el diario acontecer. A quién y de qué forma y qué es lo que se tiene que contestar, posicionar o advertir de la campaña propia y de los adversarios. Están inmersos en la producción y grabación de los spots de audio y video.

Millones y millones de ellos son escuchados y vistos —es solo un decir—, el ambiente huele a elecciones y aún no han arrancado los tiempos oficiales de la campaña externa —es otro decir—, porque las leyendas de que es publicidad y propaganda dirigida solo a miembros activos y simpatizantes de los partidos políticos es una mentira del tamaño del mundo.

En el transporte público o en el auto privado, en las salas de cine, en la televisión abierta y de paga, en la radio, hasta en los programas culturales y de música clásica que comúnmente no tienen interrupciones comerciales, ahora están invadidas.

Nadie escapa del bombardeo mediático y esto es solo el proceso interno de los institutos políticos, las precampañas. Qué le espera al país durante las campañas. Es algo que muy pronto sabremos y será cuestión de meses. El tema es que la gente se ha empezado a vacunar, a blindar, a proteger de tanto mensaje, se evaden, ya no atienden la realidad.

Como una moderna torre de babel donde todos hablan pero nadie escucha, donde se emiten mensajes pero no son atendidos ni asimilados, tal parece que las comunicaciones se dan en lenguas distintas, cada quien defendiendo sus temas y la mayoría olvidando los problemas más graves.

Los graves problemas que padecemos todos los días se han vuelto una pesada carga que por omisión o evasión hacemos como si no existieran. Incluso no quiero imaginar que en el caso de muchos hacer como que no pasa nada es una convicción, la única que les permite situarse en una vida paralela en la que los problemas no son de ellos o  simplemente no les importan y los tratan como si fueran inexistentes.

Sobre todo este fenómeno se agrava en las ciudades capitales del país y por supuesto en mayor magnitud en la megalópolis de la Ciudad de México. En menos de dos semanas han sido asesinados ocho políticos, algunos de ellos con cargo federal, representantes de zonas de la metrópoli del valle de México. Hace unos días apareció un mensaje en la capital del país atribuido a la delincuencia organizada en el que amenaza a otros grupos delincuenciales y advertía a la autoridad sobre presuntos nexos y protecciones gubernamentales.

En otros momentos, estos hubieran sido temas de gran escándalo, ahora la realidad es la irrealidad.

@perezcuevasmx

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