Vergonzoso y vergonzante. Una vez más la clase política nos la volvió a hacer. Sí, por enésima ocasión tendremos que zamparnos las ocurrencias y las faltas de respeto de estos personajes que viven de nuestros impuestos, pues nuevamente, actuando de manera por demás insultante y antidemocrática, los partidos políticos y sus líderes ya están puestísimos para nominar y candidatear para distintos puestos de elección popular (presidentes municipales, senadores, diputados, etcétera) a toda una legión de sujetos de dudosísima reputación y expertise que harán lucir a la “legisladora” federal priista Carmen Salinas y al alcalde pesista de Cuernavaca, Morelos, Cuauhtémoc Blanco (¡hágame usted el favor, una actriz y un futbolista!) como chamacos de kinder garden.

Porque, créanme, que Morena le tenga apartado un escaño en la Cámara alta al exlíder de los mineros Napoleón Gómez Urrutia (un pillo de la peor calaña), sí, el mismo que se hizo de la vista gorda con el desastre de Pasta de Conchos, Coahuila, que en 2006 le costó la vida a 65 trabajadores que perecieron dentro de una mina colapsada tras una explosión, y se fue a esconder a Canadá, no es nada más la única aberración que le pudiéramos echar en cara en estos momentos a estos señores que ya nos dejaron muy en claro que la democracia y el bien de la ciudadanía les importan menos que un pepino y que solo están detrás del poder a costa de lo que sea…

Y el enojo y la indignación de los ciudadanos se justifican al máximo cuando nos enteramos de que un dizque actor y dizque modelo (a lo más que llega es a ser un stripper de los chafas) llamado Sergio Mayer ya está más puesto que un calcetín para ser diputado federal por la Ciudad de México por Morena. Bueno… ¿y qué sabe este sujeto de política? A lo mejor piensa que por haber interpretado a un presidente en el bodrio cinematográfico La dictadura perfecta (2014) ya está listo para representar a los ciudadanos de la capital mexicana. ¡Ni cómo ayudarlo!

Pero la cosa no para ahí con los morenos, porque en Querétaro y en Morelos quieren impulsar sí o sí a los expamboleros Adolfo Ríos (como presidente municipal de la capital queretana) y al ya mencionado Cuauhtémoc Blanco (como gobernador morelense), dos figuras de las canchas sin la preparación académica suficiente siquiera para ser jefes de grupo de su salón de la primaria. Pero el disparate de El Cuau en Morelos no es el único: en esa entidad el Partido del (no) Trabajo (PT) quiere impulsar al actor Ariel López Padilla como gobernador. ¡Imagínense un tiro entre este par de dos! Gane quien gane, los morelenses pierden. ¡Ay, nanita!

Y también en Morelos, pero en este caso buscando un escaño como diputada federal por el Panal la comediante María Elena Saldaña, la Güereja, ya levantó la mano… ¿es en serio?

Sin embargo, no crean que nada más que con las huestes de Andrés Manuel López Obrador hace aire, pues en el PRI también andan felices por allegarse a políticos de microondas, como el caso del “cantante” y “actor” (la verdad es que no es ni una cosa ni la otra) Eduardo Capetillo, a quien ya se le queman las habas por ser el archiduque de La Marquesa… ¡perdón!, el edil de Ocoyoacac. ¡Háganme el favor!

Y para cerrar el cuadro de deshonor, más lo que se acumule la próxima semana, el PRD nominará a la cantante Rocío Banquells a un escaño en la Asamble Legislativa. Pero la lista es larga (larguísima): Chente Fernández Jr., Susana Harp, Carlos Trejo, Ausencio Cruz… ¡Ups!

¿Qué tienen de políticos estos señores? Lo que yo tengo de neurocirujana. Sin embargo, aquí bien podemos aplicar esas nostálgicas palabras que frecuentemente utilizaban nuestras abuelas: “nomás van a hacer bola… ¿qué tal si es chicle y pega?”

¡Dios nos agarre confesados!

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