No se puede perder de vista que la creciente presencia rusa en nuestro continente se dio en momentos en que partidos de izquierda empezaban a ganar elecciones. Nicaragua y Ecuador se sumaban a una Venezuela cargada hacia la izquierda y a una tradicional posición cubana en dicha geometría política.

Un dato ilustra la manera en cómo Rusia ha ganado espacios en América Latina: el rearme de varios países se ha hecho con equipo proveniente del gigante euroasiático: Venezuela no solo ha adquirido armas rusas, sino que estableció una fábrica de los famosos fusiles de asalto Kaláshnikov AK47, mejor conocidos en México como cuernos de chivo, además de que Nicaragua y Perú han comprado helicópteros y aviones de combate rusos.

Pese a las derrotas que han tenido líderes de la izquierda en la región —Cristina Fernández en Argentina o Lula da Silva en Brasil—, lo interesante es que la nueva coyuntura electoral en México abre una ventana de oportunidad para que se consolide el eje de naciones con gobiernos de izquierda apoyadas por Rusia.

Y en este punto es donde las versiones de una intromisión rusa en procesos electorales —Estados Unidos, Cataluña, brexit, Francia, por citar algunos ejemplos— cobra otra dimensión.

A esto se suman declaraciones de militantes de partidos políticos mexicanos identificados con la izquierda, ​como Héctor Díaz Polanco, quien en un video afirmó su deseo —compartido por otros miembros de su partido— de formar parte de “la transformación de América Latina que se inició en Venezuela”.

Así, en el presente contexto electoral, Siempre! entrevistó a Rodrigo Iván Cortés Jiménez, especialista en geopolítica y académico en la Universidad Anáhuac, y a Gerardo Rodríguez Sánchez Lara, especialista en temas de seguridad nacional y profesor de la Universidad de las Américas-Puebla, para conocer su opinión de qué tan viable es que se pueda establecer un eje latinoamericano apoyado por Rusia.

Rodrigo Iván Cortés Jiménez.

 

Eje Ciudad de México-La Habana-Caracas

“Definitivamente sí”, respondió Cortés Jiménez a la pregunta de si es viable la creación de un eje impulsado por un gobierno de izquierda en la región.

“Porque dentro de los planes de política exterior venezolana —desde el régimen de Hugo Chávez— se tenía un proyecto con una visión geopolítica que ubicaba el eje Ciudad de México-La Habana-Caracas, lo cual sigue siendo relevante”, explicó el académico.

Asimismo, recordó que “en términos del Foro de Sao Paulo esto se ha venido planteando desde hace años. Este espacio nace en el contexto del reagrupamiento de las izquierdas en América Latina y ha venido apoyando sistemáticamente a Lula en Brasil, a Chávez en Venezuela, a Correa en Ecuador, a Evo en Bolivia, a Ortega en Nicaragua. Es un referente que no podemos dejar de lado, ahí la última versión de la izquierda populista que ha llegado al poder, ha seguido un guion que incluye la formación de clientelas políticas, políticas de subsidios y de la creación de dependencias populares con los gobiernos que afecta a la iniciativa privada y la capacidad industrial de sus países”.

De acuerdo con nuestro entrevistado, la formación de un bloque de gobiernos de izquierda es algo posible.

“En México hay un riesgo latente que no solo se ubica en Morena o en López Obrador, sino que también está dentro del PRD, es algo que debemos tomar en cuenta, con lo que llama la atención la alianza del PAN con este último partido, pues se trata de fuerzas políticas que siguen teniendo vasos comunicantes con el régimen de Nicolás Maduro. Yeidckol Polevnsky ha negado el acercamiento, pero hay grabaciones en redes sociales de encuentros con funcionarios del gobierno de Maduro”, agregó Rodrigo Iván Cortés.

Para el académico, otro aspecto que hay que destacar es que la alianza electoral del PAN con el PRD puede generar una sobrerrepresentación en el Legislativo, pues la bancada de este último se podría unir con Morena.

“El PAN va a ser responsable de que esa nueva mayoría de izquierda le dé un golpe de populismo a este país, siguiendo los lineamientos del Foro de Sao Paulo”, acusó nuestro entrevistado.

En cuanto a Rusia, señaló que ha manejado una política exterior activa, centrando en Venezuela su objetivo para esta región, pero manteniendo intereses geopolíticos que aseguren su anillo de seguridad nacional en contra del terrorismo islámico.

“En el caso de América, buscan asegurar una influencia en el continente y poner obstáculos a su rival, Estados Unidos, no solo con Venezuela sino, a partir de este país, con aliados como Irán o Pablo Iglesias del partido Podemos de España, ayudados con medios como Hispan TV o Telesur. Rusia ha otorgado préstamos a Venezuela, la ha rescatado, que se completa con la política de armamento de esta nación precisamente a Rusia, pese a las condiciones sociales del país. Es delicado, hay elementos claros de cómo se está apoyando desde otro continente, que también se completa con la intervención cibernética”, completó el docente de la Universidad Anáhuac.

 “Imaginar que Rusia pueda tener como aliado a un gobernante como López Obrador, sería algo extraordinario para ellos, si se analiza de manera puntual se verá cómo esto se conecta con grupos subversivos. La mano rusa se nota claramente”, concluyó nuestro entrevistado.

Gerardo Rodríguez Sánchez Lara.

Complicado que se forme tal bloque

En sentido contrario opinó Gerardo Rodríguez Sánchez Lara. Para el especialista en seguridad nacional, “no tiene ningún sustento geopolítico en términos de la real politik”.

Abundando sobre el particular, el académico de la Universidad de las Américas explicó que “México tiene sus intereses afianzados en Estados Unidos y con países liberales de la región como Chile o Colombia y con la Alianza del Pacífico. Si vemos el modelo neoliberal de nuestro país, está profundamente afianzado en instituciones políticas, económicas y sociales, esto ha sido una estrategia de los partidos conservadores de México y Estados Unidos: vender supuestos análisis de inteligencia que quieren influir en el votante a través de políticas de miedo en las que un partido de izquierda pudiera tener relación con este tipo de gobierno”.

De igual manera, al señalar por qué sería inviable pensar en la formación de un bloque que integre a países identificados con la izquierda, aseguró que muchas de estas naciones han dejado de tener fuerza e influencia en sus vecinos regionales.

 “Cuba, Venezuela y Ecuador ya no son las potencias regionales que llegaron a ser gracias al boom petrolero y al financiamiento venezolano. Es terriblemente irresponsable que políticos vinculados por el PRI o el PAN, y con fundaciones internacionales vinculadas con la Democracia Cristiana —desde una supuesta perspectiva internacional— tratar de comprobar estos lazos que no son orgánicos, que no son estructurales”.

Asimismo, acerca de las versiones que indican un interés del presidente ruso, Vladimir Putin, para que gane las elecciones el candidato de la alianza Morena-PT-PES, nuestro entrevistado también las desestimó.

 “Es algo inventado por estos grupos conservadores en Estados Unidos, México y América Latina para influir con la idea de un enemigo externo que va a influir en las elecciones. Es prácticamente imposible que la estrategia que llevó a cabo Rusia en Estados Unidos el año pasado pueda ser replicada en México; influir en 85 millones de votantes mexicanos no es posible, Rusia no tiene el poder para hacerlo”, señaló.

Además, apuntó que aunque hay datos que confirman la intención de interferir en procesos electorales en otras latitudes de parte de los rusos, “es muy diferente a que pueda ser el fiel la balanza para incidir a favor o en contra en una elección”.

Acerca de otra posibilidad de injerencia, esta vez desde Estados Unidos, compartió con este medio que al momento de la entrevista regresó de un viaje a la Unión Americana en donde investigadores de aquel país le compartieron su visión de cómo ven las elecciones mexicanas.

 “Ellos ven instituciones fuertes del lado mexicano, la sociedad civil crítica y participativa y saben que es peligroso que intenten incidir en nuestros comicios. El intervencionismo americano se deja sentir en algunos espacios de opinión, pero Estados Unidos no se va a arriesgar a que se demuestre que lo está tratando de hacer. Los especialistas en seguridad nacional están atentos, pero esto es diferente a que tengan miedo a que se pueda dar un viraje aquí”, concluyó.

@AReyesVigueras