La última voluntad del artista plástico, José Luis Cuevas, se dio a conocer en voz de su viuda Beatriz Del Carmen Bazán, quien aseveró que en vida, el también llamado “niño terrible del arte mexicano”, determinó que sus cenizas descansen junto a la de su viuda Beatriz y sean depositadas en la urna de los “Siameses”, y a su vez en la Catedral Metropolitana.

“Mi amada Beatriz del Carmen, es mi voluntad que cuando muera, mi cuerpo sea cremado, las cenizas deben ser entregadas a ti, mi esposa Beatriz del Carmen Bazán de Cuevas”, leyó Beatriz del Carmen, a través de un manuscrito certificado ante notario público, donde el artista expresó su última voluntad. En la conferencia de prensa, Bazán no sólo aprovecho para aclarar algunas dudas sobre su relación de 15 años con Cuevas, sino además para a dar conocer diversas anomalías que han surgido por parte de la Fundación José Luis Cuevas, así como irregularidades del apoderado legal del museo, Salvador Vázquez Araujo.

“A pesar de estar al pendiente del Museo, no soy responsable de estas irregulares. Mi tarea sólo ha sido mantener el legado de mi esposo, y difundirlo a través de diversas exposiciones”, apuntó Bazán, directora del museo de 2005 al 2016.

Señaló que estas irregularidades fueron oportunamente informadas a las diversas autoridades culturales, incluso se le externó a la directora del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), Lidia Camacho, el deseo de José Luis Cuevas de suprimir su nombre de la denominación social de la fundación y se le plantearon diversas alternativas para una nueva y transparente administración. Hasta este momento el INBA no ha hecho nada.

Con respecto a las hijas del autor del Cuevario, añadió que tanto Mariana, Ximena y María José, obtuvieron su herencia hace 14 años por parte de Cuevas, pues cada a cada una de ellas obtuvo una propiedad, entre ellas la casa que perteneció a Teodoro González de León en San Ángel, un departamento en París, así como numerosas obras de arte. Sin embargó, a pesar de ello, siguen sin quedar satisfechas con la herencia de su padre. Pues se han dedicado a dar entrevistas a los medios con notas sensacionalistas y amarillistas, lo que ha provocado, ensuciar su imagen y la de su esposo.

A ocho meses de la muerte de Cuevas, Bazán recordó que con respecto al funeral de su esposo, ella solo acató las instrucciones que él le dio, en el sentido de que en su velorio, cremación y homenaje no estuvieran presentes sus hijas, y tampoco su hermano Alberto, aunque a final de cuentas las primeras sí asistieron.

“Esa actitud de víctimas que están tomando, de verdad no sé quién se las esté comprando, yo creo que deberían tener mucho más respeto y hablar de la obra y del artista que fue su padre y no de chismes ni de nada, de denigrar la imagen de su padre”, afirmó Bazán, quien asegura que a pesar de estos ataques, no emprenderá acciones legales contra ellas.

Durante la plática con los medios, Bazán repartió copias de documentos que indican que José Luis Cuevas en 2012, ante el Instituto Nacional de Derechos de Autor y el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), formalizó su voluntad de nombrarla propietaria del registro de su nombre y firma como marca, “por lo que ya no hay nada que repartir de la herencia”, expresó Beatriz del Carmen Bazán, viuda de una de  las figuras más importantes de la Generación de la Ruptura.