La posible cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) implicaría un castigo al país por parte de los mercados financieros porque un total de 750 inversionistas nacionales y extranjeros adquirieron bonos por 6 mil millones de dólares, emitidos entre 2016 y 2017, por el Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GACM), con la promesa de que se realizaría la obra teniendo como garantía la Tarifa de Uso de Aeropuerto (TUA), destacó Reforma.

De no realizarse el NAIM los ingresos por la TUA del actual aeropuerto internacional y del nuevo quedarán lejos de cumplirse y este recurso se tendría que pagar aunque el proyecto sea cancelado. Eduardo Arcos, analista asociado para las Américas de Control Risks, aseguró que se encenderían focos rojos dentro de la comunidad empresarial.

La cancelación afectaría la reputación financiera de México, indicó un financiero involucrado en la emisión de bonos. Otro financiero, que solicitó anonimato al diario, dijo que “el Gobierno mexicano emite deuda en el extranjero, la CFE, Pemex; entonces, aquí el inversor no lo va a tomar: ‘Ah, es solamente con el nuevo aeropuerto’. Es una señal del nuevo Gobierno mexicano hacia el mercado internacional, y ese riesgo reputacional tiene un precio”.

Los bonos de deuda puestos para el Nuevo Aeropuerto, con vencimiento a 2028 y 2047, se encuentran respaldados por los derechos al cobro futuro de la TUA del actual aeropuerto y del nuevo. Los bonos tienen una condicionante que permite que sean pagados anticipadamente, por lo que si se cancela, se tendría que regresar el dinero prestado, explicó el director de Inversiones de Black Wallstreet Capital.

El pago podría venir del gobierno federal como un “rescate aeroportuario”. Además, parte de las pensiones de los mexicanos estarían en juego ya que a través de la Fibra E, se obtendrían hasta mil 500 millones de dólares, donde las Afores podrán invertir. Con el inicio de la nueva administración federal, ya se habrán comprometido contratos por más de 180 mil millones de pesos.