Por Jorge Alonso Espíritu
[su_dropcap style=”flat” size=”5″]M[/su_dropcap]arina ha decidido llamarse así, a diferencia de casi cualquiera de nosotros que portamos un nombre asignado. También ha decidido su trabajo, su pasión, su pareja, como todos deberíamos hacerlo. Lo que no ha elegido es la sociedad que la rodea, las personas que la rechazan, el mundo hostil en el que vive.
Lo que tampoco puede escoger, o más bien evitar, es la muerte. No la suya, la de su pareja, Orlando. Cuando este muere, la vida de Marina se vuelca. No sólo por la naturaleza del duelo, sino porque ella es una mujer trans, y en Chile, aunque podríamos hablar de casi cualquier país, la gente no soporta la libertad de decidir sobre nuestra identidad sexual. Por tanto, la pareja se vuelve la sospechosa, la enemiga común, la rechazada.
Así el vacío de la muerte, ese que todos sufrimos alguna vez, se vuelve más profundo, más doloroso. El cuerpo resiste, pero la mente precisa hallar un punto de encuentro, para saber quien somos, recordar quien somos, defender quien somos.
La nueva película de Sebastián Leilo, en el episodio de una lucha contra la infamia. Una historia que enoja, que indigna, pero que es tan real como cotidiana.
Un intento también, acaso algo obvio, de llamar nuestra atención sobre los mitos alrededor de la transexualidad, de la diferencia. Un posicionamiento político a favor de la empatía y los derechos sexuales, que son derechos humanos.
Ganadora del Oscar a mejor película extranjera, Una mujer fantástica destaca no solo por la historia fuera de la pantalla desde la ceremonia de entrega de las estatuillas, los discursos, hasta la visita del equipo de producción a la todavía presidenta Michelle Bachelet, sino por la atinada dirección de Leilo, el intenso manejo de la fotografía y la música, para arropar la interpretación de Daniela Vega, quien muestra una gran fuerza dramática a lo largo del film.
Permanencia voluntaria: La libertad del diablo
Después de un muy largo recorrido por festivales y muestras, de recibir un gran número de reconocimientos por el mundo, al fin llega a carteleras mexicanas La libertad del diablo, el documental de Everardo González que de forma minimalista narra el horror de la guerra contra el narcotráfico. El ejercicio elude la violencia gráfica y privilegia la voz y el relato. Uno de los mayores documentales mexicanos de los últimos tiempos.