Los pequeños ladrones, desde la cárcel, ven pasar a los grandes ladrones en carroza.

Proverbio francés

Supuestamente estamos en periodo de intercampañas, es decir el tiempo en el que una vez acabadas las precampañas y ya habiendo sido elegidos los candidatos de las principales fuerzas políticas que contenderán en la reelección para presidente de la republica, estos debiesen de estar guardados operando internamente en sus institutos políticos, velando armas y preparando las estrategias que implementarán durante la campaña que comenzará dentro de algunas semanas.

Pero tal parece que ese tiempo de no hacer campaña resulta efímero e irreal, ya que todos los días tenemos a los líderes de los partidos y a los propios ya correcta y legalmente dichos candidatos electos, al menos en el interior de sus partidos se ha definido que ellos serán los abanderados. Faltan los registros oficiales que empezarán a partir del 11 de marzo y hasta el 29 de ese mismo mes. El silbatazo de arranque de las campañas será el 30 de marzo y de ahí hasta el 27 de junio en que vendrá otro tiempo de supuesto silencio. Que por supuesto no lo será.

Bueno, hasta aquí vamos en que formalmente aún no arrancan las campañas pero en los hechos comenzaron desde el año pasado, y durante estos dos meses iniciales de 2018 estuvieron en su máximo esplendor. Lo que debiese ser el tiempo para la preparación electoral interna, como ya lo he mencionado, no ha podido ser así. Existe demasiado ruido y movimientos para hacerse notar y estar presentes en la opinión pública.

Se trata sin duda de una de las elecciones más complicadas y peligrosas de la historia moderna de nuestro país. Esto es así porque hemos llegado a las peores expresiones de demagogia, corrupción y malas prácticas que en este momento involucran a todos los institutos políticos y sus miembros. Pocos se salvan.

Una sombra se ha posado sobre prácticamente todos los participantes en esta contienda electoral, lo mismo tirios que troyanos, giros y colorados, unos y otros. Todos se acusan de corruptos. Todos exhiben supuestas pruebas y copan los noticiarios y los medios de comunicación con la corruptela actual de aquel o de este personaje, ni siquiera los nombro porque hay de todo como en botica y no acabaría de la tan larga lista que existe.

No se han dado cuenta de que en esta guerra de quién lanza la acusación de corrupción más grande, se llevan entre las patas a los ciudadanos y sus instituciones. La gente de a pie es difícil que perciba quién tiene la razón, y toda esta guerra de acusaciones logrará hartar más al votante y desanimarlo a participar en la elección presidencial.

Cada vez más se oye: todos son iguales. Y eso se acompaña de un desánimo generalizado por no ver opciones que animen a saber que eso es lo que requiere en verdad el país. Desafortunadamente México sigue hundiéndose en corrupción, corrupción, corrupción.

@perezcuevasmx

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