La vinculación del candidato de la coalición Por México al Frente, Ricardo Anaya, con un esquema de lavado de dinero y de triangulación de recursos a través de empresas fantasma y prestanombres, “que nunca procede, se ha politizado porque es un candidato a la Presidencia de la República”. afirma Juan Reyes del Campillo, profesor e investigador de la Universidad Autónoma Metropilitana. Unidad Iztapalapa.

Además, “se le acusa públicamente, sin pruebas, porque lo que busca el gobierno federal, el PRI y su candidato José Antonio Meade, que son lo mismo, es mostrar ante el electorado que Anaya es una persona que no solo vive de su salario, de sus ingresos normales como dirigente político, sino que tiene otras fuentes de ingresos, que tal vez no solo sean de él, sino también de su familia directa o  política”.

Señala que “esta acusación, que no deja claro qué es lo que finalmente pasa, sí golpea mediáticamente al candidato del Frente y lo afecta electoralmente, porque ahora la sociedad mexicana es muy sensible a cualquier situación que esté relacionada o que suene a corrupción, a enriquecimiento ilícito. Aunque él se defienda a capa y espada”, señala el académico.

El experto en materia electoral explica que los panistas “están muy nerviosos, muy preocuados, en términos de su candidatura y han buscado cómo contrarrestar este tipo de acusaciones, por eso hacen declaraciones sin sentido, sin lógica, como el decir que Andrés Manuel López Obrador ya se alió con el PRI, con el gobierno, para desprestigiar a Anaya”.

La carta de los 50

No obstante, llama la atención la carta publicada en Letras Libres y Nexos, dirigida a Enrique Peña Nieto, que suscribieron 50 personas, porque no todos son intelectuales o académicos, en donde se destaca el uso del ministerio público federal para perjudiciar al candidato presidencial del Frente. Es extraña la aparición de este grupo, porque hace unos meses también salió en los diarios un desplegado en donde varias personalidades de la política como Porfirio Muñoz Ledo, Cuauhtémoc Cárdenas y un grupo de intelectuales demandan que haya elecciones limpias en México, que se lleven por buen camino.

“Se están manifestando todos estos grupos para evitar, sobre todo, lo que ya se ve venir, si no ahorita un poco más adelante, la guerra sucia, las mentiras, porque son muchas las falacias que se sueltan en todos estos procesos electorales, se inventan cosas y luego se dan como ciertas, es un poco la idea de tratar de evitar el uso faccioso de las instituciones o lo que ahora llamamos fake news, noticias falsas”, indica el investigador.

Todo este panorama —dice— “se debe en mucho a lo que en términos generales llamamos, los que entendemos de elecciones, la lucha por el segundo lugar. Por eso se está dando esta confrontación entre Meade y Anaya, que quién sabe si sea cierto que teniendo el segundo lugar te irá mejor o  si podrás pelar contra el primero”.

Juan Reyes del Campillo explica que en una competencia, como en el boxeo, “hay que decidir entre Meade y Anaya, quién es el retador para que aspire a la corona, esos sí se están pegando fuerte, se están dando con todo, pero tampoco es de extrañar porque la política es así y nadie se debe llamar sorprendido cuando hay una situación de esta naturaleza”.

Juan Reyes del Campillo.

 

 

Alcanzar el segundo lugar

En opinión del politólogo, con esta acusación ya se está bajando al candidato del Frente en las preferencias electorales, sobre todo entre la gente que no tiene decidido su voto. ”Estamos a menos de cuatro meses de la elección, en lo personal, creo que mucha gente ya decidió su voto,  ya sabe por quién votará, no se hace bolas”.

Aunque no niega que existe un porcentaje pequeño, un 10 por ciento, que no ha decidido su voto y que está viendo cómo se ponen las cosas, porque hay gente que no quiere a López Obrador y espera ver cuál de los otros dos candidatos está en mejores condiciones para votar por él, para votar por el que vaya en segundo, el llamado voto útil.

Señala que otra situación—muchos líderes de opinión lo dicen— es que López Obrador está tomándose su agua de coco con ginebra en la playa y viendo cómo se despedazan el segundo y el tercer lugar, está bien, hay gente que piensa así, pero las posibilidades de escenario son diversas, qué tal que si por estarse peleando el segundo y tercer lugar se caen y el primer lugar se les va, pero en serio, por muchos más puntos, porque a mucha gente no le gusta ver pleitos, le molesta ver peleas, le molesta la guerra de declaraciones. Esto afectó durante muchos años a la izquierda, pues la gente decía que ni entre ellos se podían poner de acuerdo.

“Eso sí preocupa a mucha gente, porque si no se ponen de acuerdo, el candidato que está en primer lugar, y que empieza hablar de amor y paz, puede hacer que el segundo y tercer lugar caigan, lo que significaría que el candidato que va en primer lugar tome una mayor distancia”.

Sin embargo, apunta que “en términos de estrategia es la única que les queda, tratar de alcanzar el segundo lugar, porque las últimas encuestas de febrero mostraban que en realidad Meade estaba en tercer lugar, a cierta distancia de Anaya, aunque curiosamente la distancia entre Anaya y López Obrador seguía siendo muy grande”.

Por tanto, “están disputándose el segundo lugar, y en política, no sé si decir que todo se vale, pero muchas cosas se hacen para estar en esa posición y poder disputar el primer lugar, porque esa fue la lógica en la que se construyó el escenario electoral de 2018, era claro quién iba en primer lugar, pero para poder competir contra él, habría que estar en segundo lugar y eso es lo que están haciendo”.

El investigador de la UAM-Iztapalapa considera que es “muy difícil que cambie este escenario, porque López Obrador empieza a irse para arriba y para arriba; y si Anaya y Meade siguen peleando, se les irá más arriba y al final les resultará inalcanzable, esa es la cuestión. AMLO cada vez tiene más gente, la sensación que hay entre la ciudadanía es que puede ganar y eso le ayuda mucho, porque a los mexicanos no les gusta perder, por eso se van con él, con el supuesto ganador, en términos electorales decimos que se suben al vagón del ganador”.

El Frente aún es débil

Sin embargo, advierte, en política nada está dicho, “estamos al principio de la campaña, al principio de todo el proceso, a fines del año pasado, en noviembre, a la gente le preguntaban: ¿quién va a ganar? Y respondía que el PRI, aunque señalaban que ellos no votarian por ese partido, pero eso cambió, ya no está pasando eso, ahora la sensación es que al PRI se le puede ganar”.

Juan Reyes del Campillo señala que lo que deja ver esta campaña de desprestigio es que la gente ya no se va con la finta de la guerra sucia, ya no se la cree tan fácil; la gente se pregunta: ¿por qué lo acusan de lavado de dinero? ¿Por qué no lo acusaron antes? Y cree que es una campaña sucia.

Aunque hay que decir que, “nosotros estamos muy metidos en las noticias todo el tiempo, pero la verdad es que a más de la mitad de la población ni le vienen ni le van las noticias, ni se entera de muchas cosas, no está tan informada, simplemente no lo cree, lo cual se debe mucho a que hay mucha gente que ya decidió votar por López Obrador, por Anaya o por Meade, y por más campaña sucia que le hagan a cualquiera de ellos, la gente votará por cualquiera de ellos.

Para Reyes del Campillo el hecho de que la coalición Por México al Frente esté todavía en construcción pues “no se ha consolidado como tal, es una debilidad, en donde los priistas están buscando golpear a Anaya, porque aunque sí tiene un voto muy lógico y certero, hay un porcentaje que no necesariamente lo hará, entonces sobre esos votantes van, sobre ese grupo que todavía no está del todo convencido”.