Gabriela Arnaud
El 30 de enero del 2018 los catalanes lo recordaremos como el día en que Carles Puigdemont tiró la toalla tras una lucha infructuosa que incluso lo llevó al exilio y a enfrentar un delito electoral y de desobediencia al gobierno central en Madrid.
Los catalanes nos despertamos en días pasados con la noticia que surgió como resultado de la toma de un camarógrafo de un canal de televisión que filmó el móvil, desde el cual Puigdemont sostenía una conversación digital con un integrante de su partido. Y quedó patente el momento en que decía que todo había terminado.
Sin embargo y, a pesar de reconocerlo, los de su partido insisten en que él es el candidato, pero Puigdemont no podría ser candidato por estar como evadido de la ley de España. Para ser envestido tendría que hacer acto de presencia.
¿Cómo un prófugo de la justicia podría llegar a ser presidente de alguna parte?
Inés Arrimadas, la candidata de Ciudadanos, partido que fue el más votado pero que carece de derechos debido a restricciones establecidas por la ley electoral española no puede ser investida, ya que los partidos independentistas lo consideran imposible.
Yo pregunto: ¿Los independentistas no obtuvieron mayoría, porque 50 más 1, no es matemáticamente mayoría. Es la mitad?
Y si la mitad no quiere la independencia, ¿qué hacemos? ¿Nos vamos? ¿Nos conformamos con un gobierno que no nos representa?
Está claro que en los últimos tiempos hemos vivido situaciones de tensión y parálisis debido a la ley electoral. Entonces, sería claro que lo que habrá que cambiar es esta ley para que permita el triunfo de aquellos que obtuvieron mayoría en las votaciones.
Por lo pronto, y a la espera de conocer el nuevo episodio de este novelón, no perdemos la esperanza de que la cordura quepa en alguien que desate esta maraña y dé posibilidad de marcha adelante, así los ciudadanos podamos contar con gobernantes legítimamente elegidos. Es necesario un gobierno para Cataluña, el vacío de gobierno daña la economía.
La autora es internacionalista mexicana radicada en Barcelona.
